huellas
el tiempo con heridas abiertas dejó marcas en su cara
en cada huella cree volver a sentir los golpes y la mirada amenazante
que la hacía temblar mientras la carne erguida se metía en su cuerpo
y después el abandono
un bollo de trapos viejos bajo el alero de un café delimita
su mundo
y sobre un raído colchón acaricia a ese niño no buscado
el tintineo de alguna moneda se mezcla con el llanto
inocente
amanece
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