Pintura ANDRÉS RÁBAGO
OCHENTA
PISOS
La
mujer peluda y gorda del circo desafió al mago a que éste no lo
encantaría, pero el mago dijo "poc
poc" (apoyando el puño sobre la frente
velluda de la atracción femenina), y la
convirtió en una preciosa osa de
peluche marrón de 120 kilos con un moño rojo
atado al cuello.
El ahora novio de una osa de peluche, quien era
una de las cabezas que el
domador usaba para demostrar que los leones no
tienen aliento tan frondoso –
como dicen de los hipopótamos con ataque de
hipo-, habiendo presenciado la
transformación con una sonrisa de oreja derecha
a hombro izquierdo, le
preguntó al mago si era capaz de hacer
desaparecer a dos payasos, a cierto
número de perros malabaristas y, por
supuesto, al domador.
El mago confirmó la posibilidad sobre enseñarle
la forma de hacerlo, pero le
aclaró que para ello, debían viajar juntos a una
isla remota del mar Egeo.
Allí se encontrarían con un mandril mágico, de
nombre Florindo Belgo, quien
por 300 euros y dos kilogramos de bananas con
sabor a frutilla, el citado
mandril le enseñaría ese tipo de artilugio
mágico.
El hombre pensó durante algunos minutos y, sin
decir "tierra vuelve",
prefirió cumplir aquella vieja promesa: la
peregrinación con sandalias
hawaianas a República Dominicana, haciendo una
breve escala en un casino de
Punta del Este, Uruguay, donde puso todas las
fichas, mitad y mitad, al
color negro y al color rojo – pensó que jugando
así, al menos saldría
hecho -; menuda sorpresa de pollo se llevó
cuando el tirador exclamó:
-¡Violeta el 24,5!
Treinta años después, prisionero de un
melancólico aliento felino, nuestro
personaje decidió regresar al circo de su amor
peludo, pero el circo ya no
estaba. En el lugar, encontrò un edificio de
ochenta pisos.
Sin saber por qué lo hacía, comenzó a contar los
pisos.
Al rato, habiendo retrocedido lo suficiente para
que sus ojos llegaran hasta
el último piso, confirmò con voz de àngel que le
pregunta la hora a Dios:
—Sí, son ochenta pisos...
!
Muchas, muchas gracias por editar estos 80 pisos hechos en Juanca en este genial ediciòn digital de diciembre del 2017, querida y geniola editora Gladys; siempre agradecido con vos que para mì es una literaria alegrìa formar parte de la familia cultura LAK- BERNA... gracias y feliz año nuevo para vos y todos, Gladys... abrazo con alma y letra.
ResponderEliminarUn sentimiento de nostalgia y tristeza invadió mi mundo sin remedio. Gracias Juan Carlos Vecchi por llevarme a LAK-BERNA...
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