lunes, 24 de septiembre de 2018
Susana Elizabeth Jofman
GRITA LA TIERRA
La tierra grita, gime, llora, su eje se bambolea,
se desgarran sus entrañas
y estallan en ardientes ríos de magma.
suben a su superficie desde las raíces,
quemando sus laderas, sus playas y montañas.
Se derriten sus gélidos hielos
y se convierten en barro y agua
y los mares se confunden con las urbes descontroladas.
A lo lejos…a lo lejos…se escuchan
los llantos de sus desaprensivos hijos.
Negros se tornan sus ríos… negro se torna su llanto…
Se derrama su sangre apresuradamente,
azufre se huele en su atmósfera,
azufre y muerte, magnesio y basalto …
Lenguas de fuego a las ciudades alcanzan,
se derrite la piedra, en ceniza se transforma el viento,
en escombros el cemento…
¡Ah, si hubieran escuchado antes su lamento!
Ya no existen más fronteras
El Oriente y el Norte, el Sur y el Occidente
Todos corren la misma suerte.
El cuerpo de las furiosas olas
rompe su anatomía contra las rocas
y desborda su silueta más allá de las arenas
que alguna vez fueron silenciosas…
…Furia, viento, fuego, estruendo…
Un eco resuena en el aire y luego
…¡silencio…silencio…silencio!…
El eco indefinido se transforma en un gemido,
Y resuena …perdón…perdón…
¡Hasta el universo lo ha oído!
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