lunes, 22 de octubre de 2018

Emilio Medina Muñoz

 Ese dia nevaba...

Estoy sentado frente a la pantalla, sin saber que escribir para mis amigos invisibles.
Mis brazos están caídos a lo largo de mi cuerpo, con un desmayo impropio de la hora que marca el reloj. Son las 18:30 de la tarde.
Muevo mi cabeza al lado derecho, y torpemente levanto el visillo de encaje, algo cutre para mi gusto-, y miro a los tejados que muy cercanos, comienzan a volverse blancos por la nevada. Unos gorriones están situados en la cuerda de tender la ropa lavada, y parece que me piden abrigo y comida.
Voy a la cocina. Tomo un pedazo de pan, y desmigándolo, lo pongo en mi ventana.
Continua nevando, Ahora con mas fuerza. La inspiración continua ausente. Los pajaritos, ya acabaron con el pan. Arrecia la nevada. Miro el termómetro que hay en la terraza: +4ºC. Voy al frigorífico. Siento protestar a alguien en el
salón. Creo que es mi santa. Me da igual: ya atrape un trozo de chorizo y algo de pan. Hago mas migas para los pájaros. Me arrepiento, y me las como yo. Sigue nevando.
¡Este jodio chico...!...le dije que se marchase a Toledo esta mañana, que no nevaba.
Llamara en cuanto llegue. Eso me ha dicho.
¿Porque los mayores siempre queremos tener razón? ¡Valla una leche...porque la tenemos !!!
Los gorriones están encogidos de hombros en la cuerda. Sigue nevando. Ya no se ve el suelo, ni las tejas de los tejados.
¿Qué os podría contar yo...?...Creo que ha quedado otro trozo de chorizo en el frigo.
¿Me arriesgo a cruzar el salón ?...La diré que se asome a la terraza, para ver lo bella que esta la calle.
Suena el teléfono,...ya respiramos tranquilos. Esto hay que celebrarlo.
¿Te preparo un bocadillo de chorizo ?...je, je,...a lo mejor cuela.
Emilio, en un día de nieve.

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