lunes, 22 de octubre de 2018

Rodrigo Verdugo Pizarro

CIENTONOVENTAYSEISAVO ANUNCIO
 

¿Como puedes morir entre tanta abundancia?

¿Como puedes sin nombre, alcanzar una puerta de luz?.

Has despertado en nosotros

Sin que hayamos despertado.

Has despertado a esa hija del trueno

Que lleva entre los dientes la rosa de obsidiana

Sentandose todas las tardes en la ventana

A entonar un nocturno

Para las mascaras que brotan del sol

Cuando se viene de enterrar un gallo

Con las manos cubiertas de sangre

Y se parte hacia las sabanas del crepúsculo

Con una cruz incendiada, un rifle, y una paloma torcaz.

Se parte rapido, muy rapido

Porque pronto todo se oscurecera

Más, tú dulzura abrirà puertas de luz

Y una vez arrancada esa hija del rayo

De todos los oleajes, torres,  y altares,

Una vez enterrados todos los gallos

Una vez brotadas todas las mascaras del sol

La sangre se vuelve musica bajo la cruz incendiada

La novia muerta es picoteada por la paloma torcaz

Sobre las sabanas del crepusculo

Dejandole marcas de amante en el cuello y en el vientre

Marcas como de un designio movible

Las veremos desde lejos

Después del paso de los bolidos rastreros

Quizas nos contrataran anonimamente

E iremos con un rifle a disparar contra la paloma torcaz

Y después al dormir veremos

Una paloma torcaz cayendo lentamente sobre una cruz incendiada

Y esto será la primera muestra

De que se oscurecerá la abundancia

Pero tu dulzura abrirà puertas de luz

Y nosostros aun sin nombres

Seguiremos vagando

Aun entre tanta abundancia oscura

Y ahora vendremos del entierro de un piano

Con infusiones inocentes en las manos

Hasta dar con esa ventana 

Hecha de todos los olejes, torres y altares

Donde la novia muerta y la hija del trueno

Despiertan una en la otra

Toman la rosa de obsidiana

Y la elevan por encima del mundo.

 

 


                                                             Artista Sing-wan Chong Li. Obra ALAS PROHIBIDAS

CIENTONOVENTAYSIETEAVO ANUNCIO

 

Voy y vengo de los manantiales tatuados

Sin poder apresar la raíz de mí sed

Por lo tanto sigo como esas corrientes

Que están debajo del dia

Semejantes a oraciones de insectos

Que no logran impedir

Que la sangre siga metiendose

En los problemas de la luz.

Las garras del verano se quedan con el placer

Y pasan los cuerpos como nombres

Escritos en libros lanzados al precipicio

Y espolones temerarios

Fuerzan esa espuma que no regresarà del angel

Y esponsales temerarios

Se prenden a demonios seminales.

Vuelve a mi, oh catedral en ruinas

Vuelve como garganta para poder

Apresar la raíz de mi sed

Vuelve como cuervo

Para madrugar en la cima de un orgasmo

Y espolones y esponsales pasen

Y ni angeles ni demonios borren nuestros nombres

En esos libros que caen en el precipicio

Como un cielo hambriento de inviernos que se deshacen

Como una tierra que abona tierra, y luego carne

Carne que sigue el coro de las ruinas

Por lo tanto los espiritus son heridos por un vino extraño

Y èl le lee a su esposa, poemas dedicados a una novia muerta

Sin saber que después lo seguirá el coro de las ruinas

Como esas corrientes que están debajo del dia

Como esas oraciones de insectos.

El invierno se deshace

A pesar de todo el placer que elo verano retuvo en sus garras

Pero los cuerpos pasaron

Y los orgasmos donde se poso un cuervo

Pero el libro lanzado al precipicio vuelve

Vuelve como demonio seminal a los manantiales tatuados

Solo a arrancar la raíz de la sed

Y un vino extraño se esconde debajo del dia

Como sangre que resuelve los problemas de la luz.


Del libro inèdito "Anuncio",

                                  

de Sing-wan Chong Li. Obra UNA CALCINACIÓN DE ÁNGEL LE HA CRECIDO COMO CABELLERA




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