martes, 31 de julio de 2018
Marita Rodríguez-Cazaux
EL VERDADERO CANTAR DE SALOMÓN
Un dios creador, inmisericorde
entre los mantos sacros y el Testamento
de mi padre Moisés, se burla
de este hombre que soy.
Me nombra Rey y me encarcela en la lisonja
de El Cantar de los Cantares
para volverme eterno,
y me arrebata la Tierra Prometida
me exilia de la patria de su sexo,
de sus pechos como torres de marfil.
No me es dado alojar el pensamiento
en el pecho que por ella, siento pecho
y el destierro de amor es la sentencia.
Sea entonces atributo de mi espada,
de mi cetro de oro y mi corona
abominar del trono donde reino
bendecido y circunciso.
Abominar de glorias, de conquistas,
de campos de batalla,
del valor del tribunal y la sapiencia
de justo corazón.
Abominar de la inmortal historia
que me nombra
si no puedo nombrarla por amada.
PASIÓN
Como todos los días de lluvia,
día de saltitos sobre charcos.
Estertores azules en la vereda
se abren a navajazos.
Día de música tediosa, mendicante.
Luz de candiles sesgados
en la lonja de la pared del huerto.
Un día en que entorno la ventana
y te veo -aún- doblar el codo de la calle,
las manos dentro de los bolsillos,
las solapas del impermeable levantadas.
Y tu nombre me sale por la boca,
toda mi voz hasta ese pozo sube
y se desvela de pasión mi verso.
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Muchas gracias querida Gladys B. Cepeda, por esta generosidad. Abrazo y admiración por tu obra.
ResponderEliminarMuchas gracias Maria querida un placer enorme que participes me enorgullece que participes
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