martes, 17 de octubre de 2017
Julia del Prado
Somos
Soy gorda feliz mi boca recibe todo con sabrosura. Mi vientre es mi lugarteniente. Mis pies sostienen mi vida, sin pesares. Pero a mi lo que más me gusta es hacer el amor con otro gordo, el de la esquina, y luego dormir con él. Soñar que es mio. Que no me lo quita nadie, porque soy poderosa. Además le cuento chistes de esos bien rojos. Lo tengo. Lo tengo y le cocino con batán mientras pongo música alegre. Me muevo y eso lo aloca. Mi gordo y yo para que les cuento somos de esos que llevan la vida chinos de risa. Azuca amigos, azuca.
CHARLA
Hoy está dormido
mi vientre de historias
con puro sabor a vino.
Pero hoy precisamente
no deseo ese vino, no.
Sólo quiero beber un café
un tanto tibio que alegre
mis días transcurridos.
Y con él tomar una hoja
escribir una carta a mi padre
decirle que lo amo, que lo extraño
que deseo decirle tu estás,
tu eres mi benevolente Tata.
Leer al pie de su cama un libro
párrafo a párrafo, hoja a hoja
sin llegar al término hasta otro día.
Escucharnos en esencia de avena
reír juntos en complicidad de mirada pícara
y disfrute de espíritu sibarita.
Escuchar sus consejos: -Escribe mi negrita
que tu imaginación vuela, hazlo, no tardes,
llena con tu ser esa hoja de papel en blanco.
Hoy precisamente hoy, lo extraño como
lo hace aquella lagarta con su anillo de plomo,
con su anillo plomado. Padre, Tata
mi benevolente amigo.
Estás lo sé, estás, anoche te acercaste.
Goce de complemento estrecho. Sabiduría
de ese puente sin tiempo. Padre. Tata.
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