martes, 24 de abril de 2018

Martha María Díaz

EL LEGADO

Paseó su sombra en las noches,
su miedo, sus cicatrices.
Sumida en dolor y llanto, la encontró el amanecer.
Disimuló su quebranto, rezó, imploró y una tarde
tomó a su niña en los brazos y por único equipaje,
una manta... y su coraje.
La violencia y el ultraje
no serían el legado, de su pequeña Mujer



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