miércoles, 27 de diciembre de 2017

LAK-BERNA Nª25


Directora :Gladys Cepeda 
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Gracias por sumarse, participar,visitar ,difundir y dejar difundir en sus grupos 

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a los mensajes de apoyo, esto es muy importante ya que logra que mas personas conozcan la publicación y puedan participar o compartirla Tambien a los medios que me han hecho notas para llegar hacia lo infinito !!!!!!!!!!!!!!Muchas felicidades !!!!!!!!!!!!!Feliz 2018

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Editora Y rec0piladora : Gladys Cepeda


Invito a visitar la 2 Antología de LAK-BERNA

https://www.yumpu.com/es/document/view/59459383/lak-berna-antologia3pdf-2

Una edición especial donde participaron escritores y artistas visuales que participaron desde los principios de la revista

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Gracias por sus palabras !!!!!!! de apoyo
Un saludo para todos

Rambal


¿ Qué me trae el silencio
cuando calla ?
¿Qué me agita de este modo
el corazón ?
¿ La noche inmóvil
y su espantosa calma ?
¿ O el extraño amanecer
Y su triste verdor?

El dolor no es para siempre
las calles cambian
las personas se marchan
las brumas se dispersan
y al plumaje de la aurora
lo devora la mañana.

Que vida
cuantas vicisitudes
cuantas desdichas
cuantos abismos
se abren a mi paso
y cuantos más estoy creando.

La muerte se acerca
debe llegar
para cuando me marche
pero antes de largarme
voy a sembrar mis palabras
y que arda la ciudad.


maldita sea.

Marita Rodríguez-Cazaux


LLAGA
En la mayor de mis heridas
Dejé escondido tu nombre.
Ni a mí me lo repito.
Paso de largo cerca de él,
Esquivando
El abismo de la llaga.

Después del exilio del beso
Apenas me doy cuenta
Que llevo roto el paso.
Y me parece que siempre he sido
Latir de carne lacerada.



REBAJAS
Recuerdo que compré esta blusa
una tarde de enero, en oportuna SALE.
Y este par de zapatos, y este fino
collar de jade y nácar y este rímel.

Y los perdí, apenas estrenados,
en una habitación impersonal
de hotel de ruta.

Qué lástima sentí haber pagado
monedas de liquidación por ellos.

(He comprendido que han costado
un dineral de dolor estas rebajas).


Pintura de Jean Dubuffet

Paco De Asís Granados Mellado

CHAT
Martín era un joven alegre y divertido, muy amigo de sus amigos. Era conocido por sus gustos hacia los fenómenos paranormales y casos extraordinarios. Él creía en toda esas cosas. Al salir del instituto se dirigió a su casa. Al entrar saludó a sus padres y se subió a su cuarto. Otra de las aficiones que tenía era chatear y con ello conocer gente nueva. Él sabía de sobra que no todos los que entraban a chatear contaban la verdad sobre ellos. Había gente que se inventaba una vida diferente a la que en realidad tenían, pero eso a él no le importaba mucho, ya que no solía quedar con nadie fuera del chat.

Entró a su habitual sala de chat. En la sala la mayoría de personas eran de su edad. Muchos de ellos eran compañeros de instituto. Estaban hablando del último partido de futbol que habían jugado sus diferentes equipos. A Martín no le interesaba el tema, ya que el deporte no era una de sus mejores aficiones. Abrió otra ventana e hizo click en una página de misterio.

 Mientras se entretenía leyendo saltó un aviso de mensaje privado. Provenía del chat. Se dispuso a mirar para ver de quién se trataba. Al mirar de donde provenía el mensaje vio que no le era familiar aquel Nick. El usuario tenía por nombre  “te veo”. Martín soltó una carcajada, pues le pareció un Nick un tanto curioso. Comenzó a entablar una conversación con aquella persona.

- “Hola Martín” - TV
- “hola, ¿Quién eres? ¿De qué te conozco?” - M
- “Yo a ti si, pero tú a mí no” - TV
- “¿Eres de aquí? - M
- “No Martín, yo vivo a mil kilómetros de ti” - TV
- “¡Mil kilómetros! ¿Y tú me conoces a mí?” - M
-  “No, en persona no. Pero te puedo ver” - TV
-  “¿Cómo es que me puedes ver? No tengo la Cámara conectada” - M
-  “Te puedo ver sin necesidad de tener la cámara conectada, pues soy vidente.     Es decir, que te puedo ver desde mí casa” - TV

Martín se echó a reír y pensó que podría ser algún amigo suyo gastándole una broma.

- “A ver… Dime ¿Qué estoy haciendo ahora?” - M
- “Pues estás sentado en una silla roja. Mientras chateas conmigo en otra ventana tienes una página de misterio abierta” - TV 
  
Martín no tenía duda. Estaba totalmente convencido de que estaba siendo víctima de una broma. Sus amigos eran conocedores de aquella silla roja y que por supuesto era un aficionado a los temas de misterio en la red.

- “¡Venga ya! Dime ¿Quién eres?” - M
- “Soy Belinda” - TV 
- “¡Belinda! ¿Qué Belinda?” - M
- “Te dije que tú no me conoces de nada. Ábre la puerta, te espero” - TV
-  “¡Mí puerta! Si no hay nadie,  y no han tocado en ella” - M

Martín reía nervioso. De pronto escuchó tres toques en la puerta. Era su madre que le traía la merienda. Se quedó sorprendido, pero pensó que pudo ser una simple casualidad.

- “¿Qué te subió tú madre, la merienda?” - TV
- “Pero… ¿Cómo sabías que mí madre iba a venir?” - M
-  “Te dije que podía verte ¿Sigues sin creerme?” - TV
- “Pues no, no te creo. Pienso que es una casualidad” - M
- “¡Casualidad! Entonces como sé que tienes una foto tuya en la mesa del ordenador en la que sales retratado en el zoo con tus padres…” - TV

Martín comenzó a mosquearse, pues esa foto la había puesto por la mañana y ninguno de sus amigos y ni siquiera sus padres sabían nada.

- “Martin, no te asustes. Estoy sintiendo que hay una presencia en tú casa” - TV
- “¡Una presencia! ¿Qué presencia?” - M
- “Veo como unas sombras están vigilándote” - TV
-  “Si lo que quieres es asustarme lo estás consiguiendo” - M
- “No amigo no te quiero asustar, solo avisarte” - TV
- “Gracias por la intención, pero estoy asustado” - M 
- “No fue mi intención, no te asustes. Solo conseguirás que se hagan más  fuertes” - TV

Martín estaba viendo que la conversación se estaba alargando demasiado. Cada vez estaba más asustado. Decidió apagar el ordenador y echarse un rato en la cama a leer. Pasados unos minutos escuchó un chasquido. El ordenador acababa de encenderse solo y en la pantalla aparecía el chat. Martín se puso muy nervioso. Al ir a mirar el chat vio que tenía más de veinte mensajes de Belinda (TE VEO) diciéndole que ya no tuviera miedo, que las sombras ya no las iba a ver en su casa. Las sombras ahora se encontraban con ella. Había un último mensaje, en el se podía leer. 

-      “¡No, no! Por favor dejadme. Noooooo”

Martin contestó a aquellos mensajes, pero no obtuvo respuesta. Pensó que Belinda ya se había desconectado y se fue a la cama. Pasados diez minutos Martín comenzó a sentir mucho frio. Tenía una sensación extraña, notaba como si alguien estuviera con él en ese momento. Tenía miedo, un miedo que nunca había sentido. Quería irse de su cuarto, pero las piernas le fallaban debido al frio y al terror que sentía. Cada vez notaba con más fuerza aquella presencia. Notó como le acariciaban el pelo y a su vez una voz que le susurraba.

-      “No tengas miedo Martín”

A Martín aquel susurro le puso aún más nervioso. De su boca salía vaho debido al frío, que cada vez era más intenso en aquel cuarto. La cortina comenzó a moverse de un lado para otro. Martín estaba al borde de una crisis nerviosa.  Entonces notó como una mano fría tocaba su hombro para tranquilizarlo. De pronto apareció una joven sentada a su lado. Sus rasgos eran de una persona de país sudamericano. Su pelo era negro como el carbón; unos grandes ojos verdes y con una voz dulce y tranquilizadora. En ese instante se acercó a él para decirle.

-        “Martín, no temas. Conseguí que las sombras se marcharan de tú casa. Yo  pagué un precio muy alto por ello. Soy Belinda y aquellas sombras me castigaron por salvarte a ti. Lo he pagado con mi muerte. Siempre estaré aquí para ayudarte. Recuerda esto: cree siempre en lo que no ves, porque puede hacerse realidad”


En ese momento desapareció ante la presencia de Martín.

Carlos Norberto Carbone

                                      Pintura de Thomas Moran ..
MONTAÑAS
                                  (a EMILIO FERNÁNDEZ CORDÓN)

En el horizonte
            un motín de montañas
entretienen los ojos
            hasta el dolor.

 Las observo
                        desde mi sorprendida felicidad
las tomo como ejemplo
para derrotar canallas.



LEVE RESPLANDOR

Hay poca luz
lentamente mis ojos se acomodan
y algo puedo ver
es curioso como de la nada
                                   ahora
distingo los objetos
es como navegar en sueños
                                   y despertar
es una claridad
un  leve resplandor.

Todo estaba oculto en la oscuridad
pero ahora no.


Este amanecer estaba en mí.

De MIRADAS DE FUGA

Gisela Galimi


Del amor de los amos  *                          


“estás enferma, ¡oh rosa!
El gusano invisible”
William Blake
Cerca de las vides plantan rosas,
saben los señores
que los gusanos prefieren
las flores más dulces,
suave textura frágil
del paño bello pero inservible
de los pétalos.
El ojo rojo abierto en carmines, púrpuras, granas.
Cuando ellas se enferman de pestes
los amos protegen a las uvas,
las uvas que tienen
un amo.

Pero la rosa,
la rosa.
Sus espinas no sirven
contra
gusanos listos
para entrar en inservibles
corazones escarlatas.

 * A Corina Canale, que me contó esta historia

                                                                                                
Leyenda de la creación
                                                                                                
Huelo el jazmín y no las rosas
                                                                                                                         Avedis Hadjian                


En el paraíso no había rosas,
su esencia de pétalo en tallo de espinas
no era posible.
Eva disfrutaba el olor del jazmín
pero algo faltaba
en su cuerpo de fruto.
Adán se animó a morder el dolor.
Entonces Dios supo
que habían crecido.
Y les dio la rosa.


De La rosa en-cantada

Flavia Soldano

                                                           Pintura de Remedios Varo 
SALMO
vamos hembras abandonen mis ojos la luz irreparable de la mañana
hay recelo en la nieve truena la pampa
cuidado!
el agua es siempre el agua   busquen su guarida y mátenla

Oscar Vicente Conde ©

                                       Pintura de  Estallido Stock 

ESTADO

Algo se degrada
allí donde no llegan las miradas.
Donde la noche llega desnuda.

Late.
Entre la quietud del verde.
Y la furia del resplandor.

Algo se degrada
donde las manos no llegan con las primicias.
Con la paciencia del silencio.

Allí
cerca del miedo cómplice
algo tiembla.


Ezequiel Martin Buono

                                                               Pintura de Mike Davis
EL SUR DEL ASUNTO
La fe desespera
los amos suplican
el mundo rebota
la mente explota
el rio rebalsa
la puta costumbre
los dias avanzan
el tiempo confunde
escasa distancia
entre las riquezas
el hombre persigue
la misma abundancia
la sangre separa
la union de palabra
bastardas promesas
concretan la causa
calvarios benditos
proclaman el rito
carencia de emblemas
cautivos destinos


Silvia favaretto

                                                                         Pintura   Rafal Olbinski     
Coccix
Las lágrimas caen silenciosas
como lluvia en el mar.
Llorabas bajo la ventisca,
desnudo, sumergido hasta el costado
en el océano.
La playa del Cócito era grís,
el mar una inmensa botella de vidrio verde
bajo las nubes azules.
La tempestad que sentías adentro
era la tempestad que estaba afuera.
Allá me recogiste,
yo
sirena disuelta en la sal,
estatua de héroe de carne.
Me agarré a ti como a una cuerda que me pusiera a salvo.
Tú me abrazaste como un suicida se aferra al lastre
que lo hace hundir.
Me amabas,
y yo te pedí que me mutilaras la cola
con el puñal de Teseo:
gotas de jarabe azul
salieron de la herida.
La libertad, para mi, era terrestre.

Ailén Maldonado,

                                                      Pintura de Tetsuya Ishida

***5***

Escalofríos y se retuerce con paciencia
la escucho bailar los barrotes

volqué cenizas sobre mis poemas
los hice enloqucer

encontrr un rey para todo esto
una mirada benigna

Jessica Ruidiaz

                                        Pintura Martín La Spina

AMEN

Confusión y desdicha. Vacío y tempestad.
¡Cómo la noche augura el infortunio!
La desesperación, la soledad.

Entonces la mañana nos escupe en la cara
Y con el vientre abierto nos abandona la piedad.

Dejarte ir… ¿cómo dejarte ir? ¿Por qué?
Porqué a mi, porqué a vos, porqué a el.
Dejarte ir mientras aún te tengo en mi regazo
Meciéndote, rogándole a Dios
Pidiendo perdón por mi ateísmo
Entregando mi vida a cambio de la tuya
Dejarte ir mientras la cordura me abandona
Y se estremece el mundo
Dejarte ir sabiendo que toda vos eras amor
Y darme cuenta ahora de la herida abierta
Y darme cuenta ahora de la locura
Y dejarme ir con tu partida…
Amén.

   

LOS OJOS DE MANUEL
Oceánico y turbio, premonición satánica.
Vestíbulo abierto desde donde se observan
Los cataclismos de la realidad.
Desdibuja la noche su cántaro herido
En esos cipreses que oculta en su andar.
Los ojos de Manuel, algunas veces lloran
Y la luna agorera, panteón de sus tristezas,
Abismo de su carne, lágrima azul...
Echa un manto de aguacero, de cuervos ficticios,
De glorioso diciembre, de insurrección del mar.
Manuel levanta banderas escarlatas
Y sus manos obreras acarician mi piel.
Yo beso, dulcemente, la cicatriz en su rostro
Y el trigo de su pelo se tiñe de coral.

No morirán sus auroras, en pie de batalla,
Ni el éxodo primero de su ser,
Porque en su sangre hay un héroe
Con la patria herida
Y ya se siente en el aire perfume de revolución.
Estaré aguardando con el fusil en la mano
Y la pluma próxima a gatillar
Por si acaso estallan, esta noche, las rabias
Y Manuel me despierte con su mano rebelde,


Con su amor y la noche furiosa del mar.