Viaje
a Burgos y Valladolid. En la tarde del día 15.
Después
de la comida hecha,
café
u hojas de tilo,
se
llega al ciprés de Silos
y
la puerta no esta abierta
que
los monjes se han dormido.
Un
estanque a la llegada
con
agua muy milagrosa:
echas
euros y pides cosas
y
a esperar la milagrada
de
que se pierda tu esposa.
Un
antiguo lavadero
de
mujeres hacendosas
lavaban
allí sus cosas
y
hablaban al panadero
de
hacer sus cosas hermosas.
Al
fin, la puerta se abre;
aparece
una persona
-
otra guía bacalada-,
que
no parece una rosa.
Directo
al claustro nos lleva;
es
la parte mas hermosa
deste
convento de frailes
que
en Gregoriano pregonan.
A
los frailes, no los vemos;
si
vemos tienda con obras
para
vender al cristiano
al
que le guste tal cosa.
Belleza
total del arte
en
este claustro de asoma,
disfrutando
de las luces
y
degustando sus sombras.
En
las esquinas del claustro,
la
Biblia, cuenta sus cosas
y
dicen que aquí los frailes,
rezan,
mirando las formas.
El
celebérrimo árbol
que
en un rincón se reposa
después
de la cirugía
para
asegurar su sombra.
Ciento
veinticinco años
se
recrean en su historia
y
lo han dejado dispuesto
para
continuar su gloria.
En
el museo del arte
a
Juan, el viajero solo,
le
ha dado una lipotimia
y
rueda al suelo por el coro.
Las
carreras, las llamadas;
aparece
un lego y lleva,
un
vaso de dulce agua
por
si diabético fuera.
Al
momento, se incorpora:
Gloria
lo quiere llevar
a
verlo en el hospital
y
Juan a lo cual, se niega.
La
excursión se deja aquí,
pues
el animo ha caído
asustados
como amigos
de
este señor de Madrid.
Regresamos
al hotel;
la
tarde se ha vuelto mala
hace
un aire despiadado
y
se acaba la jornada.
Pendiente
esta Covarrubias
para
poder visitarla.
¿Yo
estoy pecando de abundante,
al
rimar sin pereza ni prudencia?
Es
algo primigenio de mi ciencia,
pero
veo que resulto redundante.
No
quisiera pecar de alto parlante
fastidiando
imprudente a la paciencia,
de
las gentes con falta de asistencia,
que
no llegan a un lugar tan elegante.
Callaré
esos malos comentarios,
imprudentes,
sin sentido, asfixiantes,
prometiendo
evitar los vecindarios.
Una
cura de silencio en los Muestrarios,
tal
vez done placeres importantes,
para
todos los que fueron delirantes.
Emilio.
9 Junio 2017.
Casi
medianoche.
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