martes, 17 de octubre de 2017

Jessica Ruidiaz



FLORECER EN EL DESIERTO 

¿En cuántos pedazos puede romperse un corazón antes 
de dejar de sentir? 
¿Cuántos alaridos puede lanzar a la luna 
antes de deshacerse por completo?
¿Cuántos años de cicatrices puede soportar en silencio?
Cuánto silencio...

Pensamos que el corazón no siente. 
Que es nuestro cerebro procesando el significado del dolor. 
Plasmándolo en una puntada intensa en el pecho.
Cien mil agujas cobijándose entre las venas. 
Abriéndose paso entre la carne y el alma.
Rompiendo a su paso toda belleza.
Toda migaja de amor...

¿Cuántos sueños puede guardar en su esencia 
antes de quebrarse?
¿Cuánta esperanza secreta es la que lo impulsa 
a seguir latiendo?

¿Cuántas millones de lágrimas pueden caer de los ojos 
antes de apagarse por completo?
¿Cuánto frío puede soportar un cuerpo 
carente de caricias? 
¿Cuántos siglos de esquirlas?
Piel desgarrada de ausencias... 
que sólo sana con amor...sin amor.
Cuántas ausencias...

¿En qué ciudad desierta esconde bajo llave su bravura?
¿Cuánto escombro dejará caer antes de usar la llave?
¿Cuándo es el momento de usar la llave?

Late corazón... Siente... 
Rompe los muros... Zarpa los mares. 
Vive... 
Todavía puedes florecer en el desierto. 


LA MUJER QUE LLORA

Soy la mujer de ojos tristes
Epifanía de una noche de estío
Jazmines en la mesa sin mantel
Manos blandas hacedoras de versos
Cristalina tengo el alma y tengo ansias
Encumbradas en ocasos que soñé.

Soy el vaso de agua medio lleno
Esfinge de un dolor de atardecer
De una pena que no calla su alarido
Su caudal de impotencia, su rabia de ayer
Soy la mujer que se arrodilla
En la tumba de su hija a llorar
Soy Febrero y  Abril y lejanía
Y borrascoso invierno por romper.

Soy la mujer que llora en silencio
Fecunda y sombría. 
Con demasiado asma para correr
Entregada y distante
Generosa y pequeña
Brisa perdurable de un amor 
Aún por florecer.

Soy la mujer que llora
Lloviznas de verano en la piel
Carreteras de amapolas en el pecho
Océano de letras con claveles en la sien 
Hambrienta de palabras. Penumbra agorera
Soy quimera y madreselva
Soy niña, soy madre y mujer.

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