Estoy en una playa desierta, leyendo los himnos homéricos.
Sin mujeres, sin sirenas de colas humanas, sin enemigos visibles, solo algunos dragones marinos que me observan extrañados y regresan al mar.
Es un buen momento para invocar a Ποσειδῶν y que agite un poco esta tierra caótica del fin del mundo.
andadura
llegué a la arena
y emprendí el viaje
siguiendo el filo marino
caminé
caminé
y caminé
nadé en medio
de dragones marinos
y seguí caminando
caminando
caminando
una manada de minotauros
me salió al encuentro
les relaté un cuento realista
para que me dejaran seguir
y caminé
caminé
y caminé
hasta llegar
al borde de un abismo
miré sus ojos sin fondo
y en ese último reflejo
supe que había llegado
al fin del mundo.
gracias Gladys!.
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