sábado, 20 de febrero de 2016

Aldo Luis Novelli


Estoy en una playa desierta, leyendo los himnos homéricos.
Sin mujeres, sin sirenas de colas humanas, sin enemigos visibles, solo algunos dragones marinos que me observan extrañados y regresan al mar.
Es un buen momento para invocar a Ποσειδῶν y que agite un poco esta tierra caótica del fin del mundo.





andadura
llegué a la arena
y emprendí el viaje
siguiendo el filo marino
caminé
caminé
y caminé
nadé en medio
de dragones marinos
y seguí caminando
caminando
caminando
una manada de minotauros
me salió al encuentro
les relaté un cuento realista
para que me dejaran seguir
y caminé
caminé
y caminé
hasta llegar
al borde de un abismo
miré sus ojos sin fondo
y en ese último reflejo
supe que había llegado
al fin del mundo.

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