sábado, 20 de febrero de 2016

Oscar Vicente Conde ©


Nada que alimente tanta estupidez
sólo yo
ninguna excusa para planificar la huida
dejar las puertas clausuradas
y que tu grito se ahogue en la saliva
como sí fuera sangre de otras venas

sólo yo
buscando salvarme de los imposibles
de los amaneceres grises estallando
molesto con mis pies que nunca saben a dónde van
sin hallar la cruz invertida extraviada en algún cajón

casi siempre cerca del mar esperando que me trague
deambulando por las noches sin salir a la intemperie
escuchando los pasos que nunca se fueron

sólo yo
desnudo
frente al pelotón de fusilamiento

y nadie que resuelva dar la orden final


HUMO
Aquí
el silencio procrea
tras los muros opacos
duerme una daga ciega
aguarda
el calor de una mano
que será garra

aquí
las botas caminan
sobre los despojos
los nubarrones rojos
tapan el sol de verano
hace frío

aquí
ellos cantan el himno
de batallas inexistentes
enarbolan banderas incoloras
golpean el pecho lacerado
todavía recordamos aquel nombre
por siempre
aunque no lo nombran en los libros

aquí
miles de ojos sin lágrimas
esperan tras el horizonte
mientras un humo turbio
les cubre sus cabezas erguidas

muy pronto
un pujante viento humillará al humo
entonces cantaremos otro himno

el nuestro

2014

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