El sabor de tu piel,
inconfundible,
mezcla de miel y
vino perfumado
arremete como un
trueno en mi memoria
y desata mis deseos
trasnochados.
Emergiendo como
relámpagos furtivos
una vieja guitarra
hace su canto
y es tu voz, la que
vuelve redimida
y a través de sus
notas, mi nostalgia.
Desiste a mi piedad
insobornable,
no habrá perdón.
Mi noche ennegreciste.
Afuera, el tiempo
pasa inexorable,
dentro de mi, acaso
yo no exista.
GRACIAS GLADYS. TE MANDO UN BESO. SARAH
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