Artista Jeff Christensen
Ríos
de sangre
Una
mañana opaca y gris como todas mis mañanas desperté colmado de
sangre en mi saliva. Ríos de color rojo, colmados de flores y
banderas negras se apoderaban de mi aliento. Ríos me arrinconaban
contra mi cama, desbordados no me dejan salir de ella .La encrucijada
me arrastra a un terreno inhóspito donde seguramente no podre
evadirme .Soy su víctima y ese designio es inquebrantable .Sin
embargo mis venas aun no han explotado .A la hora del violento rito
de crispar mis ríos de sangre no he podido cejar en mi propósito.
Hay
letras de canciones en donde puede ser que alguna vez viví la
inmensa celebración de la vida .Hoy me desborda la monstruosidad de
estos océanos de gente sangrante que me mira a los ojos. Pero nunca
comprenderán mi juego .La noche siempre se clava dagas sanadoras en
su pecho .Ya nadie puede salvarme.
Es
más fuerte el designio atroz de beberme mis plaquetas, las que han
quedado. Putrefactas .Tiritando de frio hasta quedar enmudecido
.Ríos
de sangre me acechan .En mis encías, en mi boca, en mi nariz, en mi
orina, en mi respiración. Hay sangre .No ofrezco hostilidad ni
contienda, me entrego .Me desnudo hasta perderme en su voracidad
ilimitada.
Esquizofrenia
Desde
que me han encerrado en este lugar me siento más neurótico .He
olvidado nombres, lugares y situaciones vividas. Aquellos monstruos
que antes me asolaban solamente durante la noche y en sueños, ahora
me asedian permanentemente .Todavía no logro diferenciar sus voces
de sus rugidos, su lamento de su euforia .Se que lo lograre.
Me
encerraron ya no recuerdo cuando, tal vez hace un día, un mes o hace
años. Como recordarlo .Los médicos me diagnosticaron insania
mental, esquizofrenia, traumas de asociabilidad y categorías por el
estilo .No entiendo demasiado esas patologías, ni el color de mi
habitación.
Tengo
un inmenso jardín que me rodea .Durante las mañanas escucho el
canto de los pájaros, que se posan en las ramas construyendo himnos
encriptados que solo ellos comprenden. Posiblemente hagan referencia
a mi conducta, a mi insania. Sus colores, sus sabores, sus
tonalidades me son ajenas. Sin embargo, estoy comenzando a
interpretar las.
Algunos
seres que me atraviesan por las noches son oscuros y me provocan
mucho daño .Otros un tanto menos. Mis salidas al jardín son como
una transmutación a la luz, a la vida.
Antes
al menos escribía. Mucho. Poesía, cuentos, prosa. Ya mis dedos
están paralizados, debido a la medicación, a las torturas, a los
golpes. A las curaciones espirituales y a las oraciones...Todo
aquello pertenece al pasado, cuando mi sitio se encontraba del otro
lado del muro.Donde viven los mortales, los grises, los formales, los
sanguineos. .Pobres de ellos, se creen a salvo y de esa manera
ignoran este lado del muro. Pasan por la muerte y fingiendo su
inexistencia ni siquiera me miran, nos miran. Ya no tengo uñas, ni
dedos, ni cabellos. Soy una tumba.
Afortunadamente
he olvidado palabras, las fui negando poco a poco, sustantivos,
verbos, adjetivos. Qué más da?
Me
asisten cadáveres, seres en descomposición, cuerpos desnudos sin
sexo. Los lamo , los saboreo sin sentir nada. En mi habitación he
logrado acumular unos cuantos, al menos mi extrema soledad se hace
más llevadera.
En
cuanto a esos miserables que supieron fingir afecto, dulzura,
orgasmos los he ido olvidando poco a poco. Ya no los necesito. De
nada sirvieron, al contrario han sido los culpables de este
padecimiento. Un mundo que me domestico para ser el muerto que soy
.Las escuelas, las iglesias, las oficinas públicas solo fueron
motivos para desfdigurar mi mente .De niño supe alimentarme de
cariño y estupidez. Me han violado mis mayores, y los seres cercanos
a mí. Los demás apenas observaban cómplices, sin emitir opinión
ni juicio.
A
mis padres se los llevaron una tarde. Nunca volvieron. Irrumpieron
varios hombres armados .Una patota. Mis hermanos y yo fuimos
separados. A mí me toco la peor parte .Las peores aberraciones. Y de
fondo un mundial de futbol que nunca comprendí.
Me
crio un señor que nunca llegue a querer. Siempre uniformado. Severo,
cruel, patriótico, católico. Cuando cumplí los dieciocho años
tome la firme decisión de matarlo .Nada corría en mis venas .Ni
resentimiento, ni venganza, ni dolor. Lo mate.
A
partir de allí ya no tuve miedo a nada .Sera por eso que en este
lugar disfruto del sol, los pájaros, los colores, la música y
principalmente el aullido de esos seres podridos que me acosan día y
noche. Ya no tengo miedo. Después de todo uno aprende a sobrellevar
el horror. Nada es ajeno cuando uno se acostumbra a él.
gracias por la oportunidad de compartir mis relatos.
ResponderEliminarGracias a vos por participar bienvenido !!!!!!!!!!!!!!!!
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