miércoles, 27 de diciembre de 2017

Juan Carlos Vecchi

                                                 Pintura  ANDRÉS RÁBAGO      
OCHENTA PISOS
La mujer peluda y gorda del circo desafió al mago a que éste no lo
encantaría, pero el mago dijo "poc poc" (apoyando el puño sobre la frente
velluda de la atracción femenina), y la convirtió en una preciosa osa de
peluche marrón de 120 kilos con un moño rojo atado al cuello.
El ahora novio de una osa de peluche, quien era una de las cabezas que el
domador usaba para demostrar que los leones no tienen aliento tan frondoso –
como dicen de los hipopótamos con ataque de hipo-, habiendo presenciado la
transformación con una sonrisa de oreja derecha a hombro izquierdo, le
preguntó al mago si era capaz de hacer desaparecer a dos payasos,  a cierto
número de perros  malabaristas y, por supuesto, al domador.
El mago confirmó la posibilidad sobre enseñarle la forma de hacerlo, pero le
aclaró que para ello, debían viajar juntos a una isla remota del mar Egeo.
Allí se encontrarían con un mandril mágico, de nombre Florindo Belgo, quien
por 300 euros y dos kilogramos de bananas con sabor a frutilla, el citado
mandril le enseñaría ese tipo de artilugio mágico.
El hombre pensó durante algunos minutos y, sin decir "tierra vuelve",
prefirió cumplir aquella vieja promesa: la peregrinación con sandalias
hawaianas a República Dominicana, haciendo una breve escala en un casino de
Punta del Este, Uruguay, donde puso todas las fichas, mitad y mitad, al
color negro y al color rojo – pensó que jugando así, al menos saldría
hecho -; menuda sorpresa de pollo se llevó cuando el tirador exclamó:
-¡Violeta el 24,5!
Treinta años después, prisionero de un melancólico aliento felino, nuestro
personaje decidió regresar al circo de su amor peludo, pero el circo ya no
estaba. En el lugar, encontrò un edificio de ochenta pisos.
Sin saber por qué lo hacía, comenzó a contar los pisos.
Al rato, habiendo retrocedido lo suficiente para que sus ojos llegaran hasta
el último piso, confirmò con voz de àngel que le pregunta la hora a Dios:
—Sí, son ochenta pisos...
!

2 comentarios:

  1. Muchas, muchas gracias por editar estos 80 pisos hechos en Juanca en este genial ediciòn digital de diciembre del 2017, querida y geniola editora Gladys; siempre agradecido con vos que para mì es una literaria alegrìa formar parte de la familia cultura LAK- BERNA... gracias y feliz año nuevo para vos y todos, Gladys... abrazo con alma y letra.

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  2. Un sentimiento de nostalgia y tristeza invadió mi mundo sin remedio. Gracias Juan Carlos Vecchi por llevarme a LAK-BERNA...

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