miércoles, 23 de mayo de 2018

Elena Liliana Popescu

    
 Traducción de ambos poemas por JOAQUÍN GARRIGÓS                                          


La libertad del océano reina en la orilla.
Toda la oscuridad aún contiene la luz.
En la ribera de la quietud la inquietud es la ola
y de lo que fue deja sólo el mundo que vendrá.

Y todo parece nada cuando buscas inmortalidad,
y en la muda desesperación el silencio es la palabra.
La infelicidad en sí misma contiene felicidad
Cuando, humilde, dejas este mundo.

Una tenue ilusión esconde la verdad,
sólo para esclarecerla cuando se marcha
Lo que es ahora transitorio y que
se vuelve eterno en el instante del encuentro.



Sentados a la mesa del Silencio
en un reino desconocido,
los Poetas parten para nosotros
Pan fresco salpicado
de rocío celestial...

¡Los muertos con los muertos!, dicen,
¡y los vivos con los vivos!
¿Pero, acaso sabemos
quiénes son los muertos
y quiénes son los vivos?

Un Poeta más
Allí…
Un Poeta menos
aquí.

Al marchar
al reino del Silencio,
el Poeta nos deja
un canto de Amor
desconocido… 

Pintura de Tomasz Alen Kopera. 


De A Ti  –  Ţie (A Ti, Editorial de la Universidad de Bucarest, 1994)

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