martes, 28 de agosto de 2018

Norberto Barleand



MORADA LLUVIA DE LOS ANGELES




¿Dónde aguardan las pátinas del llanto,
las esquirlas del dolor,
el corcoveo?

Dónde buscar las gotas del recuerdo
esta médula perdida en el absurdo,
los abrigos,
el color de la mañana.

¿Es que llueve en la mesa de los ángeles
las  pupilas del desgarro
o es la oscura parodia de algún niño
en las huérfanas penumbras de la tarde.?
                         


ARPONES DE SEDA

En el abismo de los días
perfumes que huelen a distancia,
la puerta del anden que nunca abriste
para cegar la rotura de mi sangre,

nervaduras que nunca cicatrizan,
un manto de abrojos y de rondas


A veces exploro
el cuarto , sus lágrimas
el instante de la almohada,
los rituales
la verbena de pasos  indecisos

No será la primavera
los pinceles,
ni el color de la herida
en un pañuelo tejido
                                 con los poros de la piel en el vacío.

Sospecho de tu rostro,  y la mirada
Dudas en la semilla,
las estatuas.

De tanta soledad
las atalayas del bronce
perforaron la intemperie,


De tanta vida brotaron los arpones
en  solapas de seda
ahuyentando la muerte y sus cornisas,

desnudaron melancólicos olores,
antiguos capitanes de nostalgias

manchas en estos puños
interrogando las arcillas del pasado

                                     cuando fugo hacia vos
                                     y no te encuentro

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