martes, 28 de agosto de 2018

Mariel Monente




I

Querer volver al surubí, a la caña, al sauce,
querer salir de la trama
trama-desafío de tejer el desconcierto
lo inaudito.
Es tarde para decir:
cuando broten los sauces, el álamo ha caído con estruendo,
un rayo lava esa isla negra en el monte
Es tarde
no se desandan
los caranchos
las vetas
los hormigueros como volcanes infrahumanos
no
no sé
¿Dónde estar en la fatiga?
si no puedo estar en
¿Dónde?
romper la gramática
la rima
el sosiego de una imagen

Los peces entristecidos equivocarán el rumbo,
Hay vestigios de tu sombra en el deseo.
¿Hay una saliente, una cornisa en las pestañas?

Escribir sin prisión de juncos
apagando uno a uno los silencios
dejarse llevar por el río, la corriente,
el mar
la tumba de un vecino desconocido,
el mimbre

Sobre el pasto un mantel a cuadros
y sobre él una mesa servida.
todo se derrumbó hace un tiempo
todavía quedan los escombros.


…………………………………………..





II



Dame una luna


Dame una luna
en tu retórica vana.

Dame un jazmín que se cueza entre acertijos de alambre
que crezca que florezca que nombre la inocencia
y el desparpajo .Que me manche.

Dame una magnolia que desde el comienzo me embriague
y postergue esta muerte caminante.

Dame una página de arena, una rama seca. Un fruto
disecado
atormentado
que enrosque mi lengua como las castañas amargas de ayer.

Dame un temblor que nombre la mañana de abril del 67
cuando vi la escarcha y le hice una pregunta.
Dame.

No debería invocarse lo que fue
un día la risa en el monte o un barrilete ensortijando la brisa. No.

Porque estoy aquí
nombrando a la inocencia y al verdugo.


POEMAS EN-REDADOS

Serie LO QUE PRECIPITA. 

Pintura de  Marcin Owczarek. "

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