jueves, 20 de diciembre de 2018

Beatriz Arias

Así viví
desembarcando los pies en los abismos,
midiendo mariposas
en los caminos del aire,
llamando al amor
a veces sin respuestas,
perdida entre geranios, jazmines
y danzas de violetas.
Con estrellas perpetuas en las manos.
Con ideales pintados en los ojos.
El mundo no es el círculo
que tracé en la infancia, el mundo es hoy
un laberinto mudo,
un insolente viento
que me desintegra.



Llevo este miedo ancestral
que sobrevuela
el ajedrez infinito de la vida
llevo estos ojos
cargados de amor y soledad
llevo esta boca
sembrada de poemas
que tal vez
no escribiré nunca.
Y este dolor que llueve.


Pintura de Gyuri Lohmuller




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