TRES
PARTES DE LA SERIE “ENSUEÑO”
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ENSUEÑO VIII (Serie)
Oí una voz que
dijo:
—Tapízame de
misterios Mago del Campo—.
Y esa voz
arrastró las aguas de los mares, a las estrellas en el cielo,
arrastró los cantos de los pájaros y los susurros de toda la
floresta. Tejió encajes en el cuerpo del deseo, movió a la leña a
juntarse para hacer más viva la llama. Estrujó en el pecho de los
sueños la grandeza del verso sensual. Galopando recorrió valles,
vientres y quimeras; dejo sentimientos erectos entre las columnas de
las ansias. Era una voz que venía anunciándose vida tras vida hasta
llegar cerca de los humedales que bordean la casa que he soñado.
Llegó hasta allí e izó ilusiones ondearon como lábaro y aún
anuncian batallas donde se enfrenten los sentidos, los cuerpos y los
espíritus para medir en un pulso, qué tan parejo es ese juego.
En la ventana,
asomadas dos figuras se miran desde el alma, ya no tienen rostros
porque se los rapó la noche. En el templo, las sombras hacen coro y,
celosas danzan las vestales; quieren ir al fondo del foso para probar
la potencia de su coraje. Entrelazadas caen en medio de la oscuridad
de la gruta que, al aposentarlas, se ilumina. Esa gruta antigua tiene
en sus muros registradas las veces que allí mismo se habían citado.
Así, entre las brumas del tiempo transcurrido comienzan a leer cómo
han sido sus encuentros.
... ...
Regresa el
colibrí hasta las heliconias y a su beso, trémulas, se entregan al
vaivén de la música que empiezan a surgir desde muy adentro de la
gruta. Reconocen los gemidos de la noche, reconocen el agua de la
fuente, se solivian sobre el aire, yacen en esa tierra por siempre
bien amada.
... ...
La campesina
andaba a pie desnudo y a su paso crecían margaritas, cuando quiso
entonar un canto, un sobresalto le arrugó la voz y escuchó al
bosque que dijo:
—Esa voz que
escuchas dice te ama, pero no pongas atención a su dulzura, tiene
muchos dueños ¡muchos!— Hoy es como ayer, como el mañana, es
como en el cielo o como en el infierno. Ya no vale luchar porque en
medio de los cuerpos empezó a crecer un muro. Ese muro se encarna...
está encarnado. No habrá más batallas, ni habrá lecho, ni cantos.
Una melodía
fúnebre cerró la boca de la fuente. La vida que palpitaba entre
ellos quedó enterrada viva y, amortajada con su propia risa. Todos
dicen que esa es la fuente del encuentro fallido, que todo el que se
arrime no puede parar de contener en su alma, la congoja.
Diciembre 2009
… …
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ENSUEÑO IX (Serie)
¿Qué paso? ¿Qué
dijiste o qué no? Detrás del mostrador estaba el tendero, pudiste
haberle dicho. —No, jamás hubiese escuchado. Estaba ido. Se había
ido. Vi cuando se fue. Se fue cabizbajo tras las sombras. Oí el
compás amodorrado de unos pasos que invitaban a seguirlas. Se fue
con ellas. No volvió a mirar atrás. Sin embargo vi que por cada
paso que daba, una humeante huella dejaba plasmada en esa senda. Esas
marcas calaron hondo, quedaron incrustadas en mi misma como si mis
ojos fueran el camino que pisaban. Quemaban. Percibí que el hombre y
las sombras me miraron por última vez hasta que se fundieron en un
horizonte de color negro. Sentada, abrazada a la oscuridad de mi
cuarto, me volví intimidad al punto de creer que todas aquellas
cosas que colgaban de los muros eran mi piel. Sí, era yo, muro
mismo. Algo dolía muy adentro, como si removieran mis entrañas,
como si las tajaran en carne viva. Para paliar la desazón lo único
que se me ocurrió fue dibujar, sin embargo, la angustia persistente
hizo que toda mínima línea o punto sobre el inmaculado papel se
convirtiera en una voz que reconocí al instante. Voz que he
adivinado desde siempre. Ésa, que me ha indicado nuevos caminos, que
ha sido mi guía para escoger si me convienen el día o la noche.
—En el centro
del cuarto se condensó una figura. Avanzó lentamente con un dedo el
la boca haciendo el gesto del silencio y su mirada tenía el color de
la comprensión infinita. Me dijo, —calla, lo que digas sera usado
en tu contra. Suficiente con lo que habías comprado. En algún
momento habrá una subasta, quizás puedas hacerte acreedora a cosas
muy pequeñas pero valiosas. Por ahora solo debes callar. Ya dijiste
demasiado, y lo peor es que lo dicho no tenía el tono indicado. Ése
tu decir, es graznido para los que te escuchan—.
Así como vino
desapareció. En la habitación solo se escuchaba mi respiración
lenta, que también iba tras ella. Sentí frío de muerte, como si
una mano poderosa y gigantesca agarrara mi vitalidad. Forcejeé
cuerpo a cuerpo. Haciendo un esfuerzo sobrehumano volví. El tendero
quedó en el ensueño. Nunca más lo vi. Pregunté por él en en ese
barrio, me dijeron que era muy extraño buscara a alguien que había
muerto hacia tantos años y se burlaban de mi ocurrencia. Dijeron, —
¡si ese hombre viviera, podría ser tu abuelo!
Me moví como
pude para llegar a la ventana. En el patio morían las heliconias y
el colibrí, moría con ellas por enésima vez. Una sinfónica, en no
sé que centro dentro de mí, tocaba Sueno de una noche de verano.
Marzo 2010
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ENSUEÑO X (Serie)
¿Ha pensado
usted mirar cómo me veo a mí misma? ¿Ha imaginado la cara que
pongo cuando miro detrás del espejo? ¿Cree posible pueda juntar las
partes de esa visión para describirlas en más o menos unas cuantas
palabras de colores o en algunos colores apalabrados que se yergan
para indicar el sentido de cada arista, de cada concavidad, de cada
convexidad y, al final, el discurso sea un perfecto diagrama del
collage de Tiempo y Espacio que me invade? ¿Ha barruntado si puede
acomodarse en la horma que le presento cuando exhibo un dedo, una
mano, mis senos o, en caso extremo, cuando me planto sobre mis
columnas para indicarle que avanzaré paso a paso al compás de los
estertores de mi vientre? ¿Cree tener el temple para soportar el
fuego que sobrecoge a mí y a mis palabras cuando le susurro versos
que gotean como al descuido para que deje de mirar a la Noche como
ajena y se adentre en mi laberinto de sinestesias, en el enredo de
pelos de reloj que conforman el tic tac de mi corazón, criado en
lúgubre orfanato? Piense en cómo podría ser el ingreso sin
inscripciones ni matrículas al espacio que he reservado desde
antiguo: mi espacio de hembra primitiva, sin manzana, sin atributos
tentadores, solo una estancia umbría donde no hay distractores, y
usted, en la plenitud de los elementos, se funda en mi éther, suyo,
mío? ¿Cree soportar batallas de Sol y Luna que se libran ante usted
cuando, enervados los yoes, a mansalva lo lancen desde la altura de
sus propios intereses hasta mí y empiecen a comerle la carne, los
deseos, la mente y el alma? ¿Cree, tiene la coraza, sino para
enfrentarlos, sí, para soportar sus embestidas? ¿Ha aprendido a
galopar en montura de fuego sobre mares picados de ambiciones y
represiones? ¿Es capaz de descender conmigo al fondo del pantano
para acariciar las barbillas de las raíces profundas del loto y
luego emerger inmaculados a dormir a la sombra de los pétalos de sus
flores? ¿Considera que podríamos libar en misma copa y aprender el
secreto del salto al vacío, libres de castraciones? Observe mi
rostro, no el que está frente a usted, No, ése es de yeso y
aserrín, mire el que está detrás de ése, allí; en él, alrededor
de los ojos, sí, en las ojeras... Las ojeras del ojo derecho le
contarán de mis ensueños en busca de cielos, las del izquierdo, son
los desvelos descendiendo a los infiernos. Es por eso que tengo casi
atrofiado el derecho y de tamaño monstruoso el izquierdo. Solo desde
estos mundos puedo detallarle mis sentires, ellos señalarán el
límite extremo de mi cordura.
Reitero, ¿querría
pensarlo? Dispongo de la Eternidad para regalársela... ¿Viene
conmigo? Le espero en... pues... donde elija... ¡No me importa en
qué universo!
julio 2010
Pinturas de Ans Lucía Montoya Rendón
Pinturas de Ans Lucía Montoya Rendón
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ResponderEliminarMuchas gracias querida Gladys!!
Un gusto muy grande ver estos textos míos, aquí, en tu revista.
De todo corazón deseo sean muchos años de publicación constante.
Fuerte abrazo,
Ana Lucía
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GRACIAS QUERIDA ANA LUCIA HERMOSO TU TRABAJO ARTISTICO Y HERMOSA TU PERSONA UN HONOR CONTAR SIEMPRE CON VOS EN TODAS LAS PUBLICACIONES Y PROYECTOS QUE REALIZO
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