domingo, 16 de noviembre de 2014

LILIANA VARELA(Argentina)

                            


                     El elegido- 




Se arrodilló frente a la luz divina  que la visión de su Dios irradiaba.
Era uno de los pocos elegidos por el  creador para comunicar las sagradas leyes al pueblo; uno de los pocos que podía  comunicarse con la "divina esencia" y por ello se sentía honrado y agradecido.
--dime Señor, mi Dios, que deseas de  mi--dijo inclinándose--
--Amedí—musitó la voz celestial en forma de trueno—Comunica al pueblo  que los dioses desean que los becerros nonatos  sean sacrificados en el acto.
--mi Señor, perdona mi osadía pero  has de saber que si todas las crías son sacrificadas nuestro alimento  disminuirá y podremos morir de hambre.
--¿DESAFIAS A TU DIOS MISERO  MORTAL?--bramó la voz--
Amedí se tiró en el acto de cara al  suelo totalmente atemorizado.
--NO MI SEÑOR... perdona, comunicaré  tu orden al instante.
--HAZLO Y VETE YA!

 Amedí corrió asustado hacia su aldea y comunicó  la nueva a los pobladores; algunos obedecieron al instante pero otros se resistieron  ofuscados.

--No podemos permitir que los dioses  nos maten de hambre. Si matamos esos becerros ¡Padeceremos hambruna! -Vociferaron algunos.
Más atemorizado aún por la negativa  de un sector del pueblo, Amedí comunicó a los dioses lo que sucedía en la  aldea.

A las pocas horas una nube oscura se  cernía sobre el  poblado.
--¿Quiénes SON LOS INDIGNOS  ANTE LOS OJOS DE  LOS DIOSES? --bramó con furia la voz que provenía de la  nube y que cubría por completo las casas de los campesinos-
Inmediatamente varios pobladores  señalaron a los culpables ante el temor de la cólera de los dioses.
Un grupo de seis o siete personas fue  llevado por el pueblo hacia el centro de la escena.
En el acto múltiples rayos salieron dela nube prendiendo fuego por completo a los rebeldes, quienes se consumieron al  instante quedando sólo manchas oscuras en el pasto como  mera prueba de su otrora existencia.
Todo el pueblo quedó en silencio.
--HACED LO QUE SE OS HA PEDIDO EN EL  ACTO--ordenó la voz.

Los aldeanos quemaron en una gran  pira todos los nonatos de los becerros. Luego de una hora aproximadamente los cadáveres estaban por completo incinerados; todo ello ante la observancia de la gran nube celestial  que no se había movido de allí.
--HABEÍS HECHO LO CORRECTO--exclamó la voz--AQUÍ TENÉIS LA  RECOMPENSA A VUESTRA OBEDIENCIA.
Y diciendo esto apareció en el suelo  de la aldea--en medio de una gran luz que fue apagándose--una gran cantidad de  bolsas con cereales, frutos y vid.
El pueblo se arrebató sobre ellas  loando a los magnánimos dioses que los habían premiado con esos manjares.

--CONTINUAD CON VUESTRAS ORACIONES Y  RESPETAD LAS REGLAS IMPUESTAS POR LOS DIOSES.
Fue lo último que se escuchó de la  nube antes de desaparecer rápidamente, tan  velozmente  como había llegado.

Muchas reglas morales y sociales  fueron comunicadas al pueblo por Amedí   quién veía cómo crecía su importancia y  jerarquía entre los suyos.
Las tácticas de guerra enseñadas por  los dioses los ayudaban a ganar  batallas  contra  los enemigos  y consecuentemente a imponer su religión en  los mismos.
Día a día el pueblo crecía en importancia  y poder; pero desgraciadamente   junto al  aumento demográfico crecía la proliferación de enfermedades y la escasez de alimentos, además del infaltable  "quiebre" de toda sociedad  organizada: los cuestionadores de la fe--quizás los más peligrosos de todos los  factores--

--Hemos sabido que existen agitadores  de la fe entre los tuyos Amedí ¿qué dices a ello?--dijeron los dioses al enviado--
--así es Omnipotente; hay algunos que  descuidan, a pesar de mis advertencias, el respetar vuestra autoridad y toda  regla social y moral impuesta por vosotros; tienen relaciones sexuales muy  jóvenes y luego  descendencia sin  bendición de vuestra parte.
--¿y cómo te declaras tú Amedí ante  estos hechos?
--culpable señor--se arrodilló entre sollozos—os he fallado  y merezco vuestro castigo.

El silencio se apropió del escenario. Nuevamente la voz habló.

--No llores Amedí, la culpa no es  totalmente tuya; los vicios y pecados de los demás, que han podido elegir su  accionar mediante su libre albedrío, no te serán entíldados. Pero sí deberás comunicar  a los tuyos las decisiones, que nosotros los dioses, hemos tomado. Como  también  deberás transmitir la  advertencia sobre el castigo que se cierne sobre pecadores y corruptos.
--oigo y  obedezco  Señor  mío.

Amedí transmitió al pueblo los  mandamientos de los dioses y cumplió con todos los actos impuestos por los  mismos: reclutó a todos los pecadores de la carne que se hubiesen arrepentido y  presentó sus nombres ante la divinidad; eligió a diez vírgenes virtuosas de  corazón y rebosantes de bondad, y las llevó a la morada de los dioses--que le  fue indicada con anterioridad--acusó ante los creadores a todos los pobladores  rebeldes a la fe; y finalmente anunció la venida de un pronto Mesías o salvador  del mundo y purificador de los pecados mortales.

Los milagros no se hicieron esperar: los  arrepentidos fueron sanados por completo de  las huellas  "lujuriosas" de la  carne; los no arrepentidos murieron en total agonía a causa del mismo pecado  carnal; los contrarios a la fe divina fueron incinerados en cuestión de segundos por acción del fuego de los dioses; las vírgenes elegidas fueron  "bendecidas"  con el fruto de una "semilla"  concebida sin pecado  y destinada a guiar al pueblo en el  justo saber y bondad.

 


El gran pueblo se hallaba bajo el  poder de los dioses y se sentía amparado, protegido y a la vez temeroso de su  Dios.

En medio de una gran fiesta  consagrada a los dioses agradeciendo los dones conferidos al pueblo, el Dios habló—nuevamente en forma de  nube  resplandeciente bajo una estrellada  noche—
--El elegido Amedí será izado junto a  los dioses y ocupará el lugar que merece en la mesa del señor: esta será la  señal que anunciará a vosotros la llegada del pronto Mesías y sellará definitivamente  el pacto de vuestro pueblo con los Dioses.

Habiendo dicho esto, Amedí fue izado  por los aires hacia la nube en  medio de una  refulgente luz celestial, hasta perderse dentro de ella, en medio de un éxtasis  colectivo.
Desde aquel momento histórico el  pueblo forjó y aunó aún más el lazo entre los dioses y ellos.


---ºº---

-- ¿Bajas registradas? --preguntó un  hombre desde la pantalla de un monitor --
--Suman muy pocas, Señor. Serán cincuenta  ó sesenta aproximadamente, contando entre los rebeldes al sistema y los  conspiradores.

--más datos.

--se ha erradicado la brucelosis del  ganado matando todas las crías infectadas, los animales adultos han sido  vacunados; los dispuestos a aceptar el sistema han sido inoculados con vacunas y sueros combinados acelerando el proceso de recuperación, en tanto que los  rebeldes han sido tratados exponencialmente con el efecto negativo de las  enfermedades  venéreas muriendo casi  en  forma instantánea; con respecto a las  jóvenes vírgenes han sido inseminadas con gametas, en las cuales se han  mejorado y alterado los genes para lograr aptitudes idóneas de mando y progreso  tecnológico; el pueblo ha quedado obediente y respetuoso de las normas morales  y sociales impuestas.

--¿qué ha pasado con el mortal  ascendido?

--su memoria ha sido borrada por completo  y será reinsertado en otro lugar del planeta con una  base de recuerdos fabricados artificialmente.

--entonces la misión se ha cumplido;ya pueden dirigirse a la colonia 234.

Fin de la transmisión.




Mientras el pueblo de Amedí proseguía  su vida según las reglas de moral y ética impuesta por sus dioses, una nave, que  simulaba ser una estrella fugaz se perdía en el cielo, vaya a saber orientada  hacia qué nuevo destino.

FIN

"Cuentos Varios" 2006

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