jueves, 15 de septiembre de 2016

Oscar Vicente Conde ©

 Así sea
Los árboles
se desnudan precozmente

un reloj se refleja en un espejo
para repetir las mismas horas
tardías

Así sea
algunos ojos retozan
dentro de las tinieblas noctámbulas
sin avizorar a los duendes negros

la luz no se decide entre el gris
y el blanco
como un ciego precoz

un viento acomplejado
grita su escasa furia cerca del río
donde flotan féretros disponibles

las voces de las vírgenes
ahuyentan a los escasos hombres impúdicos

algo oscuro y cercano
hace temblar las carnes

en la palidez de la noche

Una voz.
Otras voces.
Muchísimas voces.

No sé cuál se dirige a mí.
Son como de ultratumba.
Grises.
Ásperas.


Sus dueños sangran
por los ojos.
Me incitan
como aves de rapiña.

Embriagadas con la locura.

No sé cuándo vendrán a buscarme.

Mientras tanto
las voces siguen vociferand

1 comentario:

  1. Dramáticos versos , me encantan!Tienen fuerza, y veracidad!
    Felicitaciones!

    ResponderEliminar