martes, 28 de noviembre de 2017

(C) Esther González Sánchez


                                                    Pintura de Pedro Morales
 
¿DÓNDE ESTÁS?

¿Dónde estás agua mía?
Tu desgranado encanto y corazón solemne
me desnudan a ciegas,
 
y a tientas, con tus sílabas,
veneras mis perfiles,
 
como a la caña frágil de los trigos
el hambre de los pájaros.

Astro mío, estela que no cesa
y en delantal de rosas
 
me brinda sus horarios:

Escribo desde ti,
cual si fueras molino
que muele en su fatiga mi desdicha
o río que me acoge en sus meandros,
acaso por velarme lo triste y lo vacío
que vive en la espalda de los besos.

A veces te persigo
como a una bendición extraviada,
y a veces me despiertas cual grito enajenado
que aborda mi ropaje de viuda
llevándome a un estruendo de cerezos,
como si fueras árbol
y en tu boca de agua
bebieran mis raíces.




ALZHEIMER
SI cesa la memoria,
¿A dónde va el recuerdo si cesa la memoria?
¿Dónde la identidad hundida y pálida
se inclina a vertebrar
esa espiral de humo que ensombrece el instante
andariego de auroras?
/
¡Oh noche virginal, oscura y fría
y de áspero racimo:
¿Por qué pones raíces en todo lo que se ama
y te llevas los cantos
y el cántaro del agua en que bebimos?,
/
¡Cuánto espacio ocupa considerar las rejas
en que viven tus pájaros como reos al uso,
y la solemnidad de imaginarte
sin ese cerca-lejos que te hace indiferente
cuando vuelca en ti el mutismo
de apagados jardines
y sabemos por qué lloran sus flores!

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