Pintora LAURA INSFRAN
Conozco un paredón inclinado sobre un ojo
flechas que anidaron en el pecho
más allá el deseo la destrucción
del otro lado retazos un tugurio encapuchado
tambor con piel de iguana para pasear al amor
santuario ofrendas marinas
un pie que duele pisoteando espíritus
ya casi ebrio de albergar silencios
el miedo se me sube por el sexo
conozco un rostro que se divide en dos
un bozal y una cadena bailando con palmeras
un bebedero de adioses alimentado por la casa
y el eco callejero
pero al mirar todo detenidamente
no conozco nada.
Bienaventurados
El jugo de tu carne
danza
interminable
por la plaza de los bienaventurados.
Ellos,
los que llevaban mirto
y dulces rapsodias
para liberar al cuerpo
flechas que anidaron en el pecho
más allá el deseo la destrucción
del otro lado retazos un tugurio encapuchado
tambor con piel de iguana para pasear al amor
santuario ofrendas marinas
un pie que duele pisoteando espíritus
ya casi ebrio de albergar silencios
el miedo se me sube por el sexo
conozco un rostro que se divide en dos
un bozal y una cadena bailando con palmeras
un bebedero de adioses alimentado por la casa
y el eco callejero
pero al mirar todo detenidamente
no conozco nada.
Bienaventurados
El jugo de tu carne
danza
interminable
por la plaza de los bienaventurados.
Ellos,
los que llevaban mirto
y dulces rapsodias
para liberar al cuerpo
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