martes, 29 de noviembre de 2016

Daniel Arias

                                          Ilustrador Semenov             

                                                                 Del libro Cielos Paralelos

170

Retorno a mi casa por caminos de bruma,
hay signos nuevos, señales difusas,
carros volcados y barro alrededor,
Itaca entre brumas, allá voy,
lanzado en la mirada
el camino es confuso y largo en el aire,
como el pájaro negro en la rama con su desesperación perpetua,
ser uno mismo y uno solo,
el infinito en la gravedad del destino como el pequeño pájaro,
tengo la religión del vuelo,
el espíritu de la tarde
que se arroja al vacío.


171

He logrado deshacerme del grito devorador
y del musgoso silencio,
he logrado emerger como un secreto
con la sílaba que abrasa,
he logrado alzar un muro
en las grietas amarillas,
pude ascender hasta la piel del dolor original
donde la boca perpleja se hace viva y transparente
y todo parece inmutable.
Y así, roca en el mar,
con una sangre porosa
donde se extravían los peces,
de pie sobre las olas en el fondo de las miradas,
aquí, donde el viento deja su pesada tela
el primitivo dolor llega
como bandera de enemigo,
a esta roca espejo del mundo
irrespetuosa y convincente,
llegan las incesantes olas
con el soplo de remota noche,
la noche que trae nuestro destino de arena.
Y yo aquí, roca en el mar,
desconocida por los hombres,
  he logrado deshacerme del tiempo.

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