viernes, 23 de marzo de 2018

Mario J. Ávila Rubio


Corazón de oro

Hace mucho tiempo conocí en Lima
a una muchacha de ojos negros y profundos
con la que hablaba en el idioma de los abuelos.
—Qori sonqo… sonqochallay —le decía.
Y ella:
—Sonqo suwa —me respondía.
Luego apuraba el paso y se alejaba corriendo
como las pastorcitas de las novelas.

Una vez le dije:
—Urpiymi kanki, yana ñawi sipascha.
Al oírme, primero se turbó,
pero luego me entregó su corazón de oro.

Después de un tiempo
nuestro camino se bifurcó.
Ella se fue por las colinas de su esperanza
y yo me adentré en los túneles de mi escepticismo.

Luego de muchos años,
me enteré un día
que sus ojos se habían apagado,
que nunca más volvería a decirme sonqo suwa,
que en sus colinas no había encontrado su esperanza,
que nunca más volvería a correr
como las pastorcitas de las novelas.

Desde ese momento,
cada vez que llega aquel día,
siento un cactus en el pecho
y recuerdo cuando le decía:
—Qori sonqo, corazón de oro, sonqochallay

Shamatha

Cuenta Tic Nhat Hanh
que cierta vez un diestro jinete,
sobre un brioso caballo,
cabalgaba velozmente
sin detenerse.
Iba de pueblo en pueblo
siempre mirando al frente
para no perder el ritmo.
Al verlo pasar,
la gente lo vitoreaba
y alababa su rapidez
para llegar a su destino.
Hasta que un día
a alguien se le ocurrió
preguntarle:
—¿Adónde vas, jinete, tan apurado?
Y él respondió sin detenerse:
—¡No sé; pregúntale al caballo!

Hoy es sábado
y decido detener mi corcel.
Cabalgo a paso lento
y luego me bajo a descansar.

Me bañaré en las frescas aguas
del Lilaján,
beberé del cántaro
de la hermosa Sujata
y escribiré —por fin— este poema.

El lunes, seguramente,
montados en sus raudos corceles,
los clientes me pedirán
los trabajos pendientes
que no hice el fin de semana.

¿Qué haré, entonces?
¿Les contaré el relato de Tic Nhat Hanh?
¿O los mandaré al demonio?

No. Sólo los oiré, calmamente,
aún con el albo sabor
de la bebida de Sujata
y la frescura del Lilaján.




Del libro: El poeta y el sapo y otros poemas (más un poema cantinero) (2016). Lima: Editorial Bracamaros.

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