Pintor Leonid Afremov
Somos
todos exilados
A Boris Carnaut que me acogió en Paris un día
de septiembre de mil novecientos setenta y seis
Recuerdos
como flores o piedras, aromas impregnando senderos, golpeando dientes labios
ojos, buscando lágrimas secas bajo adoquines rotos. ¡Poeta! ¡No te escondas detrás de tus metáforas! Desabrochar
camisa, dejar pecho al viento y que pétalos de sílex tallen palabras que abrir
puedan la piel de los días.
Fecha
quebrada, veintiocho de septiembre mil novecientos setenta y seis. Antes /
Después. Buenos Aires / París ¿Habito otra lengua música melodía?
Boris,
aeropuerto Charles de Gaulle, 53 Rue de Rennes. ¿Este mi cuarto? ¿Este mi
suelo? Buscar caracol aljibe garganta, gritar estoy vivo, recoger el eco escurriéndose
entre canales de mi memoria. Espacio tiempo condensado en un punto. Sístole /
diástole / sístole / diás… latidos ritmo tambor. Me aferro a ese punto torbellino, me arrastra...
Exilio
hachazo separando la yema del verbo, la palabra del aliento, el ventanal del
aire. París de mi primer día, atardece, el otoño aún en verano, Eglise de Saint Germain des Près,
Metro, floristas. Café deux Magots,
mesas, bastones al sol, golondrinas presagio, idiomas coloridos, enamorados a
la deriva, diarios abiertos, perros sin dueño… Rue Jacob, Place de Furstemberg,
llega la noche, farol luces sombras inventando formas, creando magia… ¿Esto una
plaza? ¿O pintura liberada de su cuadro? ¡El autor! ¡¿Quién es el autor?!
Buenos
Aires militares razias desaparecidos / Paris terrazas pasantes. Todo gira…
gira… me mareo ¿Escaparme del carrusel? ¿Cómo? Regreso a mi refugio del 53 de la Rue de Rennes, el primer día
llega a su fin.
Dormir
deprimir dormir… dos tres siete noches con sus lunas invisibles, abro la
puerta, entro en la ciudad, poco a poco, como en un mar desconocido que atrae /
rechaza.
Paris
Jardín de Luxemburgo, sentado al borde la fuente, pasan niños en sus poneys,
barquitos en el agua, hojas sobre los besos. Mis primeras tardes parisinas en
este jardín, contemplar el mundo, secar heridas húmedas, estar, simplemente
estar. Escuchar el otoño, descifrar el mensaje. No hay exilio en los jardines.
Somos todos hijos del mismo sol, habitamos todos los mismos vientos, entre
árboles que nos cuentan historias de sus raíces.
Paris bistrot, barrio latino
callejuelas efervescentes, los pasos saben, remontan el boulevard Saint Germain
hacia Odeón, doblan por la rue de Seine hasta la calle Jean Callot, La Palette , mi primer bar,
con sus mesas antiguas, baldosas gastadas, espejos patinados reflejando
historias de ayer… y cuadros abriendo otras realidades. Me siento bien, como en
un boliche de Boedo, este bar tiene alma. Muchas charlas fundando amistades,
muchos tragos embebiendo penas, muchos besos incendiando instantes… son
necesarios para parir el alma de un bar. Abro la libretita, escribo: no hay
exilio en los bares, más allá de patrias y banderas, bares sin frontera,
mínimos universos que no respetan leyes de gravedad. Las almas de los bares se
hacen ramillete en la solapa de los poetas, disolver odios y egoísmos con
aromas y palabras prodigiosas. Poco importan bebidas y lenguajes, lo esencial
para brindar, el eco de un semejante.
La
libretita se entusiasma, adopta La
Palette y abre otra hoja: Se inclina la mesa / se inclinan
las torres / se inclina la vida / pero las tazas / las cucharitas / y la poesía
/ seguirán haciendo milagros / para mantener el alma en equilibrio / o al menos
para endulzar este café / mientras inclino palabras / o ante palabras me inclino.
Comprendo entonces que todos los bares confluyen en el mismo río para aliviar
la sequía de este mundo
Ese fue
el París de mi exilio, mi París de igualdad libertad fraternidad. Hoy umbral del
tercer milenio, la peste negra vuelve a recorrer calles y mentes. Hora de muros
no de puentes, de navajas no de cuencos. Hoy miles de seres deambulando,
buscando un mendrugo de tierra para sembrar nuevas esperanzas. Miles de seres
sucumbiendo, un bello mar azul apagando sus últimos alientos. ¡No debemos
olvidar! Remontar los pasos de las madres de nuestras madres, explorar
territorios olvidados ¡Todos surgimos de exilios en erupción! ¡Somos todos
exiliados!
De1era
Puerta
Desgarros
Exilios
duelos muros
Poemas
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