lunes, 18 de julio de 2016

©Elisabet Cincotta



éramos sumisas
dóciles maleables
permanentes mujeres
con hombros y espaldas para cargar
cualquier peso
reinas de soluciones
capaces de transformar lluvia en sol
tormenta en lentejuelas

éramos más que eso
llanto de amor
risa
música
baile
poesía

éramos hechiceras del recuerdo
anaquel con bordes afilados
algodón en el adentro

somos arrugas de manos y sonrisa
mohín de algún descarte
paso de tiempo
memoria entre pimpollos

somos nosotras y mil nosotras
parte de alguna y todas las historias



RECUERDOS IV

Cansada, como ultrajada por la vida, se recuesta en el marco del portal. A pesar de la violación constante, que se adentra en su osamenta vencida, mira hacia el horizonte.

Hoy la noche no parece tan oscura ni tan violenta, una línea intangible divide su cielo y su tierra.
Mañana con el amanecer habrá destellos nuevos. El portal estará sin ella



EL OTOÑO ERA
El otoño era calle empedrada, algún viejo ombú. Un cielo de barriletes acompasaba nuestro paso.
Más allá el fumador principiante encendía un Hawai* y entrecerrando los ojos nos miraba.
Nosotras coqueteábamos una sonrisa.

*Marca de cigarrillos de los años 1960

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