Esa estrella
late entraña
del propio universo
se –me- expande como galaxia
en sangre
teje sus –mis- redes antisociales
telarañas bajo piel y vuelos
que suspenden
Consiste
en espejo un círculo inaudito
como
el pájaro de color
desconocido
que incendia
sus
alas para remontar
Orbita
sobre las terrazas muertas
al
mediodía de otro domingo
en
la ciudad con violencia
sus
mil ojos de vidrio
vitrinas
cuando nombran
aquello
que no debe convocarse
El
deseo late
sin
furia
bajo
una piel que tensiona
al
contacto de las manos
según
su pálida vibra
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