lunes, 22 de octubre de 2018

Valeriano Fauve


¿Porque no te vas de una puta vez?

Cada vez que voy a dar radioterapia regreso con que la misión la he cumplido.
Por otra parte, siento como un vacío donde quiero descifrar que está ocurriendo dentro y fuera de mí.
Recuesto en el sillón cuerpo mente, cierro los ojos… los jugos los noto como ellos están de fiesta continua.
A saber, si están celebrando mi muerte.
Eso nunca lo sabré hasta que no me llegue mi día.
Abro los ojos y mis pies buscan vino del refrigerador.
Totalmente es un negativo, pero es algo más que consuela mi interior.
Quien le pone puertas, ventanas al campo, no seré yo.
Siento un cansancio.
Saco fuerzas de abajo de eso que se le suele decir cojones, nunca mejor dicho, eso es lo que le estoy echando en estos momentos que vivo sin vivir viviendo.
¿Qué bien me está sentando el vino, será la mezcolanza de estos momentos que no he vivido?
Bueno el resultado es ese que me estoy enganchando a superar lo que un día me negué a eso que se le llama vida.
No reivindico vivir.
Si superar obstáculos, que para eso aprendí a golpes martillo eso llamado vida de mierda.
¡¡Quien dijo MIEDO!! Jamás lo tuve menos ahora que me dicen que un día mi vela se apagara sin más.
Nunca pretendí tener una empresa de cirios ni nada que se le asemejé.
No quiero ser eterno en vida que sería un aburrimiento.
Quiero gozar estos momentos que son como los de cualquiera eso si algo más rumbosos porque el reloj se me adelantado algo más para respirar el día a día.
Ahora que conseguí máquina de escribir apenas me va a dar tiempo de gastar sus teclas.
Pero no hay tiempo para un discurso que aburre hasta mis zapatos.
Bueno colegas esto no es el fin, es un principio con un fin lleno de buenas cervezas

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