miércoles, 30 de septiembre de 2015

Liliana Varela

 
De nada vale -un poema no tan antiguo

Heme aquí,
en un círculo sin nombre
rodeándome de espinas.

En el horizonte agoniza una orquídea

-aquella que jamás supiste nombrar-

Ya está.
De nada vale el llanto
cuando no hay espectadores.


Hoy construí otra guarida,
de naipes forjé paredes
y sellé ventanas nunca nacidas.

Sin puertas la dejé
para no tentar a esa otra que me habita
aquella que busca un vellocino
en arenas de piritas.

No responderé preguntas
no agitaré huracanes

y cuando la bestia brame
-la que aflora por la herida-
sobaré su rostro,
callaré su grito,
cerraré sus párpados
calmaré su ira

y musitaré a su oído:
"mañana,
mañana será otro... el día"



 Requiebro -poema encandenado

saco virginal esconde sus secretos/ante el mundo exhibe /dulce su sonrisa en sus labios yertos
Ana lucía Montoya Rendón
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Un Oasis para amarte
entre el desierto de la vida.

Eres un espejismo
atavío de hortensias muertas
antes de florecer,
la inimaginable manera
de entíldar ansias
en noches de aserrín y zozobras.


Ella no puede orquestar melodías
¡su corazón es hostia sin comunión!
un requiebro de magnolias tapia
sus días
orla sus noches
consume su aliento
y es un enigma de velos

lo que su pecho sintió aquel día.

Nadie podrá decirle
que no hubo laberinto en sus párpados.

Una alucinación quemó su piel
y la confinó al ostracismo.

1 comentario:

  1. Gracias por tu generosidad querida Gladys. Excelente trabajo el de la revista

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