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Mi cabeza distorsiona el momento
va
en absoluta deriva al encuentro de islas que no se capturan de un
solo tiro. La mirada por su parte, es un motor de espejismos a
velocidad mental, cobran una luz los objetos, un borde acrisolado
–fulgente-, como si el viento inyectara su soplar en las pupilas. A
su suerte lo advertido parece foráneo, cae por su propio peso hacia
un mar de incertidumbre.Una idea palpita y pretende materialidad pero no encuentra palabras
adecuadas, muecas, estilos, que lleguen a expresarla con todo el peso
de la evidencia. Llegado a este punto hasta vestirse resulta una
conducta sin sentido, una pérdida de consideración
Un fuego suburbano
Quiero decir un fuego medio sucio, como de préstamo a largo plazo.
O la prolongación del amanecer en el viejo bar de almas. ¿No ves
nieves, pampas, que rutilan allá a la vuelta de la vieja esquina
donde ayer éramos imberbes?. Algo se mueve en pos del sol, quizás
se trate de latitudes que elevan, campos celestes donde pacer sin
atenuantes ni pies a la carrera.Un fuego solitario agita sus brazos de rojo anuncio sobre
holocaustos por venir. Entre humaredas la percepción vaga, caótica.
Mis palabras van a estrellarse en el vacío, y un agitar de
fantasmas mueve los cortinados del castillo donde vengo a parar de
última, antes del revés anunciado.
agradecido por publicarme, abrazos
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