miércoles, 3 de junio de 2015

Elvin Munguia

  






 “MUNDO DE CUBOS”

                            de Nelson Merren
Está solitario el mundo.
   El muelle es un esqueleto
que se vuelve líquido
en el reflujo de los astros
que explosionan lejanos.
Cadáver que se evanesce tempestuoso
en la marea de este tiempo
      en el aterido desfallecimiento de las gotas
que marinas se escapan desde el horizonte
desde el piélago que pernocta en la ola
               en la conspiración de la espuma
               en la  huella que la noche oculta
               en menudos granos de arena
                acumulados
para sublimar el ocaso
para sembrar estaciones de meses
y de trenes que se someten al rito del silencio
a la pasión del beso que la brisa se roba
en cada respiro.
Al culto de la sensualidad
                     con la cual la gaviota sella su ruta
y en la arena genera terremotos
                    que destruyen microscópicas dunas
 minúsculos mundos
            que palpitan en sus escombros:
                                                       nuevos
                                                       florecidos
                                                       renovados
                                                       calculados
sometidos a la crepitación estelar
de una inmensidad extenuada
de un infinito  multiplicado
                                               en agujeros negros,
                                           en agujeros blancos  
en agujeros que derivan la vigilia del universo;
de este universo
ajustado a la matemática cubica del destino,
ajustado a la forma tangencial
                            del abismo que es la vida.
Amorfa  vida que  evoluciona
punto donde todas las casualidades se cruzan.
Destino de programas
de azares ajustados a planos preestablecidos,
Materia cósmica
Cómputos inexactos  
Astral materia.
De subrepticios microcosmos
de partículas y hondas
de fuerzas que nos curvan
de sinapsis y neuronas
de la nada que es la vida
de la muerte que es el todo.

No tiene nada ya la vida
     no hay significado para la muerte
                                        estar en esa espera
en la recurrencia de esta horizontal presencia.
Y es la misma silla con su “luz toxica”
con esta luz que aviva las sombras
y que nos llaman
       desde el muelle anquilosado
       desde su ánimo exhausto
       desde el diafragma constelado
      desde el Orión lejano que aletea
como Pegasos desbocados
                            en prados infinitos
en oscuros prados
sembrados de constelaciones
de novas que fertilizan el universo
                               que preñan la creación                                             
con su big bang
con la resonancia de su fuerza anónima que azota vórtices
desde sus perpendiculares planos que reflejan sus destellos
como espejos de serpentinas superficies
como ondulantes retratos atrapados en múltiples formas,
en múltiples triángulos,
esferas y cubos  que se ubican en una voz que late,
y desde su llamado
pulso que rastrea atemporal
la génesis del demiurgo
que convoca a los dioses frente a un mar
frente a un Jaguarizado mar
que se agita para ascenderles
para abducirles desde la disolución de la momia
que es el muelle
hasta el Yaxché
        que los transmigra
                      que los alberga
                               que los deja morir
                                        que los resucita.



(De “Brevedades y Rosarios” 2008-2010 G.E)




  SI LOS DÍAS PASARAN MÁS DESPACIO

como cuando las conspiraciones del caos nos encuentrany con su matemática
imaginarios nos obliga
en un bucle interminablea insistir en el plan de las circunstancias
a practicar las coincidencias.
Si la vida andase lentalenta como un caracol y usted y yo
tan rápidos
tan breves nos andemos
como besos expandiéndose por toda la galaxia
como anacoretas y ancestrales espíritus de la luna
resonando besos en una finita
lacónica
micro partícula.
Si los arco iris fueran la memoria del momento en que nos llovemos,
de los momentos en los cuales nos volvemos cascada
sarmonías de la lluvia.
Claves como truenos
en el pentagrama de las borrascas.
Quizá podríamos contarle a los cuervos de la vida
sobre la muerte de la espera
sobre la anulación de las distancias
sobre la costumbre de la nostalgia
que se sienta a rememorar
el secreto de las estaciones
con un cigarrillo a la intemperie
y sus cenizas viajando hacia el misterio
y un bruno paraguas
atesorando la nigromancia del humola somnolencia
y la epifanía de los temporales.
Si en el decir de la noche
un fantasma vinierase acomodara en mi cama
y fuesen sus labios
el espíritu siniestramente amoroso
que se posesionara de la locura de mis facultades
y usted se volviera ese demonio de labios húmedos y rojos
demonio de las mil constelaciones
demonio asesino de los desencuentros
y de la coincidencia pasajera de los clandestinos.
Si fuese usted una tromba
y yo goleta a la deriva
con el placer de los mártir
esmoriría despedazado
en la ternura de su vórtice
en el centrífugo poder de sus besos
en el centrífugo poder de su pelvis.
Besos como estrellas fugadas
como estrellas en tránsito
besos como materi
acomo necesaria energía para la creación
la mortal incandescencia de los labios.
Si el ciclo del mundo mío acabara en un guiño solar
sería con el fervoroso guiño
con el oscuro apocalipsis cíclico de sus ojos
devastadora anémona
imperecedera luz.
luz con la cual se habitase enciende
agnóstico y sinfónicoel universo.
Si los días pasaran
transitorios como cuervos graznando en su vuelo
el designio de los girasoles
buscando hacia Naciente
el solsería yo el sueño y usted la realidad
y luego usted la realidad y yo el sueño
y desde alguna dimensión
nos llamaría el buen cuervo del destino
para renacer en un no-tiempo
en un no-espacio
en el imposible
absurdo y temerario concepto
de infrecuentes viajeros
que llaman a lo subrepticio:
probabilidad utópica
habitación del camino
dialéctica del azarconvencionalismos del amor
.

(De “Sombra de Ixshara y poemas” 2013- 2014 G. E.)

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