miércoles, 3 de junio de 2015

Franco del Campo

                                         Pintura Jim Warren

EPÍLOGO 

 
Será solo un instante...
  Dejará de latir el sol,
  y la penumbra se abatirá
  sobre los finos cristales del mar
  El gélido silencio
  se volverá clamor,
y tu prudente mirada
despojará al sosiego. 
del bucólico reposo. 
Nada es eterno.... 
Remolinos de pavor. 
Torbellinos sin color.
 La desolación se huele 
a la distancia. 
La valentía se pasea
como un siniestro pierrot
 que busca un gris designio, 
y los helechos de metal 
estallan ante las claras
 fisuras del firmamento.
 Cárcel de fuego. 
Endeble quietud. 
Un jamelgo apresura
 su galope ante el
 sanguinario desenlace. 
Se aproxima la crueldad,
 y tu mano aferrada a la mía 
acentúa un rasgo de pasión

 
EL MENDAZ

 Erguido en el abismo
 observo su penumbra.
 Sobrecogedora ilusión
. Lacerante malicia,
 en donde se resquebrajan
 los perfumes del hartazgo. 
Eximio en el arte de mentir.
 Certero a la hora de fingir,
 su copla enceguece al suceso.
 Ella le cree, 
y su embuste se vuelve verdad.
 Astuto como el lagarto,
 se zambulle en las entrañas
 de la sagacidad.
 Infame vestidura 
Despreciable realidad. 
Nunca migrará de la vileza, 
el ámbito lo fortalece.
 Errático filibustero,
 inútil será esperar su virtud, 
aunque ella….. 
ella lo ama así.

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