EL
BIEN DOTADO
Era una poza de agua cristalina extraída del subsuelo,
apenas de cuatro metros cuadrados, y en medio de los cañaverales.
Ahí nos remojábamos después de la faena de campo. Desnudos nos
lanzábamos a sus frescas aguas, y con cinco usuarios casi copábamos
la eventual bañera.
Un lunes a medio día, como de costumbre, nos
lanzamos felices a refrescarnos, pero de pronto vimos un integrante
inesperado, era «el bien dotado», dio un gran salto, cayendo
sorpresivamente en medio de todos, quedamos aterrados y salimos
huyendo.
Moraleja: escapa de las exageraciones.
LA PROPUESTA
No la conozco y ella tampoco me conoce, pero tenemos que dormir en la misma cama.
Entre
la inconsciencia y el instinto rueda mi cuerpo hacia ella, mi pierna
roza la suya, y como por impulso automático ella se aleja unos
milímetros. Luego mi mano cae sobre la suya y queda inmovilizada...
la dejo en mi entrepierna... La propuesta está echa. Lo toma o lo
deja.
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