martes, 2 de junio de 2015

Por Roberto Romeo Di Vita

 

El Artista


Hubo uno
que salió de la cueva,
se fue de las cavernas.
Dicen
que casi se perdió
más allá del horizonte
y siguió su camino
casi extraviada su figura.

Volvió tiempo después
traía una sonrisa
en la mirada
y señales de asombro
en los labios.

Cuando los otros
partían de la cueva
él se quedaba sólo.

Con trazos infatigables
sobre las paredes,
a punta, color y forma
dibujó
lo que había descubierto
más allá de la llanura.

Cuando sus hermanos
regresaban
miraban con asombro
ese otro mundo
grabado en las paredes
de las oscuras cavernas.

Mantenían encendidas
por más tiempos sus teas
y les enseñaban a sus hijos
a venerar al artista.







A Pablo

Qué inmensamente rico
eres Pablo.
Cuanto daría
por tener tu vieja locomotora,
tus mascarones de proa,
tus ángeles y fetiches.
aquellos interminables
caracoles marinos
de todos los mares
y de todas las costas.
Las infinitas botellas
de siderales ciudades
El gigante zapato
y el monumental caballito
del Temuco de sueños.
Los libros, Pablo,
que ilustraron tus memorias,
los discos,
la guitarra de pino,
las misteriosas cajas de seguridad
donde guardabas el tabaco
de tu pipa ambarina.
El jazmín de Lorca.
la corbata de Nazim Hikmet,
la copa de Sioma Kirnasov,
el cuadro que te regaló Picasso
y el vino chileno
que te obsequiará tu compañero
Salvador Allende.
No quiero tus acciones,
tus premios,
ni títulos, ni tierras,
por otra parte
sé que nunca te interesaron.
pero si quisiera
compartir, Pablo,
el amor de tu pueblo,
el cariño que te tienen
todos los pueblo de la tierra.
Grande y pequeño poeta
hecho de “fuego y humo”
de carne y vino,
de hombres y mujeres
de éste,
nuestro planeta,
al que podemos cambiar.



(Del libro del autor; “ÁSPERO QUIERO QUE MI VERSO SEA’)


1 comentario:

  1. Qué rico es el hombre que puede dejar sus huellas en el verso!!! Hermosos poemas de contenido testimonial.

    ResponderEliminar