MI VIEJO
Este trozo te lo escribo a ti, a ti viejo,
que estás en los cielos, porque Dios lo quiso
así.
Miles de gracias te doy, mi viejo, por el
apellido que me heredaste,
prometo dejarlo en alto, así me cueste sudor
y sangre.
Gracias te doy, mi viejo, por hablarme de tus
tierras queridas,
por contarme historias fantásticas, las que a
veces yo no te creía.
Miles de gracias te doy, mi viejo, por
haberme entregado este padre,
este padre que es reflejo, de aquel “apito”
inolvidable.
Adiós viejo querido, me tengo que despedir,
siempre te llevo conmigo, porque nunca has
dejado de existir.
Quirihue
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