A
MIS TÍAS...
Cuentan
la historia, de un niño loco
que
todos los días se hacía un poco.
Pero
llegó al Jardín "Pulihuen" y las tías le
enseñaron
que no se tenía que hacer.
También
le enseñaron a jugar y a cantar,
a
decir gracias y alabar a Jehová.
Ya
casi un año ha pasado y me emociono al
pensar
en los logros que mi niño
me
demuestra cada día más.
En
mi corazón no cabe más dicha,
más
gozo y no me canso de expresar,
las
infinitas gracias que le doy
a
estas "mamás".
Les
llamamos tías,
pero
no puedo olvidar
que
les confío mi tesoro
y
lo cuidan como tal.
Dios
les bendiga y sus caminos ilumine
siempre;
que el amor que expresan en sus
días
se les retribuya con creces.
Monte
Águila - Chile
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