UNA
NOCHE TUVE UN SUEÑO
Soñé que estaba
caminando por la playa con el Señor y, a través del cielo, pasaban
escenas de mi vida. Por cada escena que pasaba, percibí que quedaban
dos pares de pisadas en la arena: unas eran las mías y las otras del
Señor. Cuando la última escena pasó delante nuestro, miré hacia
atrás, hacia las pisadas en la arena y noté que muchas veces en el
camino de mi vida quedaban sólo un par de pisadas en la arena. Noté
también que eso sucedía en los momentos más difíciles de mi vida.
Eso realmente me perturbó y pregunté entonces al Señor: "Señor,
Tu me dijiste, cuando resolví seguirte, que andarías conmigo, a lo
largo del camino, pero durante los peores momentos de mi vida, había
en la arena sólo un par de pisadas. No comprendo porque Tu me
dejaste en las horas en que yo más te necesitaba". Entonces,
El, clavando en mi su mirada infinita me contestó: "Mi querida
hija. Yo te he amado y jamás te abandonaría en los momentos más
difíciles. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas fue
justamente allí donde te cargué en mis brazos".
Mazatlán- Sinaloa – México
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