jueves, 3 de diciembre de 2015

Patricia Diaz Bialet


                                                            Pintor Renso Castañeda

CORREDOR DE ACEITE
Los lechos negros logran la más fuerte
Rosa de amor; arraigan en la muerte.
Delmira Agustini


Corredor de aceite es tu vena desbocada.
Corredor de vid en repliegue.
Corredor de halo fructífero.

Porque cuando vos y yo juntos nos reptamos.
Cuando vos y yo juntos nos erguimos hasta el mojado tendón.
Cuando izamos la arteria potente.
La vela enhiesta.

Cuando vos y yo juntos como un cono múltiple nos asentamos por dentro.
Es un manjar tu fresa ardida.
Tu glúteo de préstamo esporádico.
Tu cuello acantilado.
Tu pierna torpedo.
Tu lamido talón.

Porque cuando vos y yo juntos nos erigimos.
Mi brazo te lleva a flote en su crin enguantada.
Mi brazo te lleva en su fluir permanente.

Cuando vos y yo juntos nos arqueamos por dentro.
Cuando nos disolvemos el fémur de harina.
Es un corredor de aceite tu fina tripa de seda.
Tu cauce en precipicio.
Tu elixir de espesa furia redimida.

(de Agualava)




POR QUÉ HAY QUE TENER AMANTES (I)

al hombre de cruces invisibles

porque lo que se espera de un amante

de un moro gigantesco en plena tarde

en apuro de autos desatados

en veloz dedo que muerde cuando toca


lo que se espera de un amante con árabe apogeo

es

pico de piedra que siempre arda

codo invertebrado para fluir por donde yo decida


no la culpa de niña aburguesada

ni los reproches en paño de asco a mi regreso


no se espera el llamado

el baile de glúteo inalterable

no se espera la postal con el anverso manchado

la lágrima de estupor de las novias paralelas


lo que una quiere de un amante

y de un amante que sea exuberante

es

la parte siempre húmeda

y su punta empapapesadillas

el corazón de esponja que no sienta

que no sueñe

que no estipule noviazgos o divorcios

que no se inmiscuya más de lo debido

que no indague


lo que se requiere de un amante

y más si es de tamaño orientaniños

si su turbante es tieso y a veces deja ver el animal en celo

es

parpadeo feroz que nos olvide al instante

arcabuz de furia si no estamos

que la sangre corra como agua

que se erecte por zonas

y que todas nos penetren


no se pretende del amante la carta que decida

los anillos de oro que mancillen

no se le exige forma de revolución alguna

ni compromiso ni peluche de bobo

no se le pregunta por los padres

los hijos

las mujeres de cocina fija


lo que se aguarda de un amante

y más si éste es cazador del Asia en sobreexilio

es

agualava y precio de pecado frecuente


porque por ejemplo

yo

con esta cara de humilde palomita de lástima

es lo que le ordeno:

inmersión de nata y entrepierna tibia

actitud de escolar amedrentado

le exijo más y más paseo púrpura y hervor de latidos bajos

más antebrazo de bronce que se cuele

o le explico:

así como respiro cuando corro,

así voy a respirarte la poca piel que te quede sin untar cuando te toque

así voy a exaltarte los pómulos con la brasa afligida

así me voy a ungir de vos aunque no te roce


porque eso se le reclama al amante

y más si es camello de peste para desprevenidas


que su taza de leche nos invada de a chorros

que sea exagerado redondel

incapaz de evitarse a sí mismo

que rebalse

que derrame

que despliegue su ala de líquido liviano

que someta

que se infiltre

y que su fuente de natilla nos ensucie


se le implora que eyecte que succione que apriete

que se desvista de una buena vez y nos rocíe

que nos embista

que nos alarme en cadera de histeria

que nos reduzca el alma insípida que siempre insiste en dar la vuelta


que no interponga piojos pensamientos


se le suplica crema

manteca de senos

que nos frote en espesa gelatina


y se le ofrecen gotas transparentes

prismas de fuego que los otros pueden oler mientras caminan

en este placer de ruta de dos horas y media de tu sopa necesaria


al amante se le ofrendan los pezones ya probados

el tambor de vicio que comienza en el ombligo

la hermosa abertura de paraguas

las aristas volcanes

los quejidos de bordes ensanchados

el rapé de horma enrojecida


se lo araña

se lo arrienda

se lo diluye en saliva y se lo traga lentamente


con ojo de zampoña se lo atrae primero

para manar en él cuantas veces sean necesarias


se le produce urgencia

intolerancia

rapidez de sábado y verter de abeja laboriosa


se le promete pecunio imposible

y luego se le mira el brazo

y la vena que lo atraviesa saca de sí su vaselina como perla erguida


al amante se le ejecuta por trozos

como un emparedado se lo abraza en rapto de boa

se le dan líneas erradas

telegramas que parten hacia nada

se lo presume

se lo caldea bien como si fuera un soufflé culinario y perfecto

se lo mantiene tieso

atornillado a su miembro

se le regoza


cuchillo de látex en mano

se lo reanima si falla

como yo por ejemplo

a él lo sostengo con mi sonrisa de yegua

y mi condón de adiestramiento


al amante hay que dorarlo con la punta de la lengua

hay que desbaratarle cualquier estrategia

preponderar en él

desajustarlo

envolverlo en su tapiz de sirena y tenerlo bien ceñido sobre el fuego

sobre la gana que explota

sobre la bermuda colegial que se desmonta

sobre la instancia de azufre que se yergue

que se cava en el aire

en esta ruta de dos horas y media

con tus piernas que calzan tres zapatos justos

y mis palabras al viento que las refunde en mí o en vos

ya no puedo darme cuenta

porque mientras camino o caminamos

bajan en socavones de grumos los deleites que te obsequio

y rezan su tibia oración

en el flujo de antípodas que cae como riqueza para que vos la levantes


de mi botella se precipita poción de ameba disipada

desciende la entrevida

la comba del orgasmo que se estima siempre favorable

un pueblo en el Norte

De Agualava

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