Bar transforx, conecto mi cabeza a un estabilizador y bebo los electricosantes con gas,
chequeando por taza los números que recibo de humamail, vi la más
aeromodernisma belleza que estallaba este contador de tierra.
Caminaba en los alrededores haciendo ronronear a mis bestias y su
mirada eran flechas que hacían cortocircuitos a estas ruedas de
goma, se sentó enfrente su cuerpo una lámpara de mares repara mi
sangre 100% fuego, los senos un adaptador de botones F2 suprimía la
memoria al oler las respiración de sus latidos. Rodé hacia donde
estaba gire mi rostro -¿cuál es tu código? – le pregunte, sonrió
con sus dientes multiplicando la antimateria – Muertirzz tomándome
la mano oxida el plastificado. Charlamos milésimas de segundos,
hasta que puso su himon con los míos; las chispas revolvían mis
plaquetas por los paneles del tiempo, esos cables devoraban las
garras de metal y los cabellos de alambres eran derretidos por
extensiones que jamás registre. Al soltarme, pague la cuenta con
disquete - ¿quieres venir, a un archivo conmigo? – invitándola,
tímido como un lavarropa – afirmativo – contesto, nos levantamos
y salí sin pensar lo extraño de ella, al observar que su talón era
de carne.
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