lunes, 23 de marzo de 2015

Patricia Díaz Bialet (Argentina)



PISTA DE BAILE (I)

al hombre de tiempo enjaulado
 
Acting upon information received
Rosie had everything planned
Stood in the garden with shotgun in hand
What a woman
Supertramp

y yo bailaba mi diminuta Italia
-ópalo de pista untada de muerte ahora-
y yo bailaba en hueco de hiena la verdad aristotélica
en orfandad de navío errante yo bailaba
mis piernas taconeando la madera
-los orgullos agónicos ahora-
y yo bailaba
con pablo con mariano con josé el fenicio maloliente
a través de la ventana tu oscuro maldecir de novio
y yo bailaba la melodía erguida
la menta en mi vaso de vapor y yo bailaba
los sillones eran góndolas de anclaje
un hilo hecho de sábado
una mesa en reposo
-los gatos escondidos en la luz a veces nos traicionan-
pero yo bailaba la eternidad de tu recuerdo el bretel de flores
bailaba en idiomas irresueltos
festejando mi naufragio mi partir hacia lo que queda
-un gramo de dolor se aferra a mí en estos días-
pero yo en mi hamaca de diosa o de zarina
yo bailaba la portentosa música
mi suerte tu whisky tu hermosa hermana


  


  TU CUELLO VIOLETA ENTRE LA NOCHE

 al hombre de flecha de imán húmedo


Como la poderosa anémona de la vigilia.
Como una púa perpetua tatuando tus mejores muslos.
Como la serpiente enemistada de la selva
te atrapa mi cardumen infinito,
mi nalga abierta,
el ruido tempestuoso de mi aire viciado.

Te atrapa solamente con la punta de sus piernas
mientras los curiosos caen como velas absurdas.

Tu piel de escamas de lobo.
Tu cuello violeta entre la noche.
Tus manos enormes cediendo paso en este lago leve de mi cuarto.

Cuando te encuentro siempre finjo ser inocente.
Sin embargo te atrapo cadenciosamente
con lenguas tenaces,
con mi filoso jadeo de ermitaña,
con mi camisón de seda verde.
Te atrapo en el sinuoso paraíso infame del sexo.

Porque hacerte el amor es parte de mi rito
como lamer el espacio vacío en tus rodillas
o conquistar los nudos de nuestro pasado inservible.

Hacerte el amor es parte de mi fuerza.
Todo bajo la antorcha muriendo.
Todo por sobre los otros.
Por sobre la noche ácida de mi vida.

Mejor pensar que los osos temibles de la infancia no vuelven.
Mejor hacerte el amor
como la reina exiliada
y tocar tu hueso absoluto
y traerte hasta mí.


Animal desatado en mi tormenta.
Bestia infiel reviviendo en mi cama.
 


Extraido  de Agualava

No hay comentarios:

Publicar un comentario