PABLO FEROZ
Pablo Feroz
elige el canto por descarne.
Canta
el jadeo del agua,
los versículos indóciles del polvo.
la savia de sus ritos.
La voz le nace
en botellas de mar,
en harinas de viento.
Se cuece pan en los hornos del verano
para nutrir palabras.
Pablo Feroz
se determina herida.
Rezuma líquidos dolientes.
No cicatriza.
Una hembra blanca
como un puñal de nieve
le quiebra los costados.
Para tocarla sube
los escalones rotos de la médula,
cose y descose
los límites del cáncer.
Pablo Feroz
viene a morirse en el poema.
En su boca desovan
mariposas de sangre.
Se cumple
la voluntad postrera de la pólvora.
Pablo Feroz
monologa la tierra.
Abraza su travesía inmóvil.
Jamás invirtió en Cristos pero tiene
su cruz de barro, sus clavos solos como
pájaros locos,
su corona de hormigas.
PRETTY IN PINK
Todavía no tengo amantes.
Tengo, sí,
un sombrero donde guardo los nombres
de todos los hombres que me quitan el
sueño.
Algunos son altos y rubios.
Otros tienen la grosera costumbre
de darme siempre la espalda.
Todavía no tengo amantes pero tengo un
vestido rosa
y estoy desnuda debajo del vestido.
Y debajo de mi desnudez están los
hombres
que me mojan el sueño.
Podría tener amantes si quisiera.
Todavía no tengo amantes.
Tengo, sí,
un mechón de pelo rubio
para parecerme a Madonna
y un cuerpo dulce como la lengua de las
mariposas.
El alfabeto del agua me nombra.
Niña traspasada por el aguijón del
alba.
Heredera del sueño de los peces.
Todavía no sé
si quiero escribir poemas o quiero ser
feliz.
A veces siento que mi vestido rosa
es una mordaza.
Todavía no tengo amantes.
Es 1986 y yo todavía no tengo amantes.
Tengo un sombrero,
tengo un mechón de pelo rubio,
tengo un vestido rosa.
A veces soy Molly
Ringwald.
A veces soy Kim
Basinger.
A veces soy mi madre antes de que la vida
le cruzara el rostro con una cicatriz de
buenas costumbres.
A veces estoy vestida. A veces, desnuda.
A veces estoy llorando.
Podría tener amantes si quisiera.
Pintura Victor Hagea
Gracias, Gladys! Abrazo enorme!
ResponderEliminarla poesía es como tu otra piel, cada vez que te disfruto leyendo no puedo evitar abismarme en una dulce sensación acaso trágica también
ResponderEliminarGracias, Albin! Siempre tan generoso conmigo! Un abrazo!
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