La Caida
Uno retiene las
cosas
para llamarlas por
su nombre
pero no es el
nombre
lo que predispone
al vacío.
Uno precipita con
sus ojos
la caída del mundo
para inventar otras
regiones
que nos devuelvan
lo perdido.
Pero ¿Quién se
esfuma
por las blancas
colmenas
como una mujer
perturbada
por los comensales
en ruinas?
La memoria en
llamas
invade otros
tiempos.
VII
No
era cuestión de perder el tiempo
en
erróneas conjeturas.
La
soledad de la infancia
nunca
admitió liviandades.
De
ese furor por desentrañar
los
nudos de la vida
una
madeja siempre caía
al
pozo ciego más insospechado.
Pintura de Lohmuller Gyuri
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