martes, 25 de agosto de 2015

Susana Rodrigues Tuegols

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 DESQUICIADA
 (Novela)


Capítulo 1


El espejo retrovisor del automóvil sirvió para reflejar cómo se desdibujaba el lugar.

Tal vez ella misma temía desdibujarse por eso se alejaba a toda velocidad en paseos mañaneros de pronto regreso.

Mientras, iba recitando en voz alta un monólogo pesado y aburrido para acompañarse:

“El destino me aúlla valor, pero es mi Mansión escarlata la que impide que se

resuelvan los torrentes misteriosos de las voces muertas. Ellas salen de mí, y quedan suspendidas en las paredes. Es entonces cuando necesito desplazarme de este encierro…

Huyo a mi amado parque o a las llanuras de alrededor.

Soy rica… deseable, tengo un nombre importante: Dalila. No me avergüenza confesar que estoy algo desquiciada. ¡Bah…es lo que dicen!

Mi interior puede verse por las celosías de mis pestañas”




Un sauce eléctrico acompasa ráfagas de aire sedoso, y ella, con su llanto interrumpido por sollozos infantiles, exclama: “El amor no llega…no llega. Nos vamos para adentro…Somos de carne, los meses y los minutos pesan”


En un hilo delgado, la sangre asoma de su dedo índice, al haber propinado un golpe de puño contra la rocalla rugosa del jardín. Su soltería le causa momentos agónicos.

La incertidumbre la arrastra a completar un rompecabezas y se eleva, aunque se sienta hecha añicos.

“Es lindo amar, pero prometo que no volverán a hechizarme para disfrutar de mí.¡ Lo juro!

Estoy harta de juntar las sobras de amores truncos” clama mientras el sufrimiento se descuelga como aquellos finales no queridos, que le han marcado su vida.

pintura de Michael Creese

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