Pintura de Manuel Boix
Las abejas vendrán desde la noche
de
lejanas comarcas
para
aguijonear mis sueños.
Alas
de seda ensayan la danza que circunda
la
frondosa morera.
Resplandece
la copa donde el polen se ofrece
como
efluvio de luna,
y
sus cuerpos pequeños se estremecen
al
compás de la tierra.
Nervaduras
de miel trascienden dulcemente,
hasta
colmar las celdas con balsámica savia.
He
quedado pensando en las alas del vuelo,
en
esa arquitectura
sin
plumines, tableros, tiralíneas
ni
escuadras;
en
ese orden
que
a ciegas se descubre al correr de la vida.
El
desvelo se aleja por un túnel de soles.
Es tan vos el poema, Fernanda, tan sutil y maravilloso!
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