E
s t u d i a n t e s de Ayotzinapa,Méjico
Semblanza,
La
piedra parte la tierra
la
roca parte el aire
el
agua parte la tierra y el aire
Agua,
roca, tierra, aire,
parten
la carne.
Los
ojos no dejan de ver,
el
corazón sigue latiendo,
nos
llevaron por los campos,
querrán
desaparecer nuestro despojos
Le
pondrán tierra, roca, agua, fuego.
Seremos
luz madrecita
de
nuestros despojos. (12/11/14)
sol
y viento
del
Lago
M
Correntoso,
espumas, corrientes, olas.
Llevan
Buscando al Negro Núñez
Semblanza-cuento-
-Y justo ahora este perro me tiene que ladrar como un condenado y
querer morder.
¿Y
porqué será que recién descubro la dirección, pero está todo
pintado de blanco y hay un montón de escombros en la entrada?
¡Noo,
está todo vacío y no sale nadie, solamente ese perro maldito que me
persigue!
Calle Quintana del mismísimo San Antonio de la Padua, las 10,30
de la mañana y nadie se asoma a las puertas. ¡Ni un alma en pena a
quien preguntar!...
¿Existirán
las almas en pena? ...
Mucho
verde, muchas casitas paquetas, pero están todos adentro y te podés
gastar las manos golpeando, nadies va a salir pa ajuera M’hijito!!!
“Los forasteros lejos de nuestros pagos, no vaya a ser cosa que
sean villeros o chorros” estarán pensando estos mismísimos
vecinos detrás de sus rejas y ventanas.
“Menos
mal que el maldito perro se fue”, estoy pensando yo, amigo del
Negro y me estoy quedando sin tomar un cafecito con él.
Carbone y... me acuerdo en este momento de toda tu familia,
escribiste en el meil, la cita es frente a la estación para todos
los amigos, pero te olvidaste la calle y el número, viejito!!... ¿Me
decís como hago ahora?
Para
colmo el sol de este condenado enero argentinito, está apretando
fuerte y la angustia por no-verme con Núñez me hace putear a lo
grande.
Y para esto puse el despertador para no llegar tarde!!!
Es
domingo, viejo; mal día para despertarse con la alarma de un reloj.
Pero los amigos, son los amigos y uno no puede fallarles.
El
asunto es llegar y saludarlo al Negro, recordar con los demás, su
merecida amistad, lo cálido de su generosidad. Recuerdo la primera
vez que me lo presentó Di Serio en la carpa de venta de libros de
los Palumbe y esa noche leyó un cuento este gran Núñez; que fue
genial nos dio para comentar una semana entera.
Esta mañana cuando pasé por la Avenida Rivadavia, salían
varios colectivos hacia las piletas de La Salada, lo tomaba gente con
sus bolsitos y heladeritas familiares, un rostro me llamó la
atención.
Es
singular como puede transformarse un rostro, hay caras que de frente
parecen perfectas, hermosas, pero cuando giran hacia un costado la
perspectiva ya no es la misma, se transforman, cambian y son los
perfiles que “no me favorecen”por lo fulero que salgo en la tele,
decía una artista muy famosa.
La cuestión que ese rostro que me llamó la atención, era muy
parecido al rostro del pibe que miraba a través de una ventana de un
bar, en una tarde gélida de lluvia en Buenos Aires. El pibe que
miraba más allá de adentro del café y sus parroquianos, más allá
de las facturas y el café con leche que añoraba, miraba con
curiosidad de purrete, el disfrute de otros, antes de volver a sus
trabajos, miraba con ojos lejanos; los ojos del desamparo de niñez
abandonada.
Rostros similares a muchos otros, “la ñata contra el vidrio”,
dice la canción; ahora ya lo tengo presente... esta situación me
recordaba que la había escrito en un cuento, el Negro Núñez, y lo
leí en una revista.
¡Pero... me falló la nueva dirección que me dieron en la
terminal de taxis... y el Negro no está! No hay caso por más que
pregunté, nadie sabe orientarme.
Me olvidé la agenda con los teléfonos a quién consultar. San
Antonio de la Padua, en el mismísimo oeste del gran buenos tórridos
aires ... ¿Quién lo habrá mandado hasta aquí, al Negro Núñez?
... Tenía entendido que su domicilio era por Morón o Castelar?
Ahora me dicen que vaya hasta la estación de Merlo y pregunte allí
para poder encontrar la reunión.... Subo a la estación de tren de
Padua y espero... pero no, me vuelvo hacia los pagos de la calle
Zapiola 53, que es bastante lejos... Y además ya se pasó la hora.
Llego a Liniers y luego tomó el 161 de regreso, con la frente
marchita, en derrota, como la derrota de Independiente ayer frente a
nuestros rivales de siempre. Me parece que Núñez también es del
rojo y Carbone, ídem... Carbone, ¡Ay Carbone!...
Regreso
sin poder dar el saludo al cuentista más grande del Oeste, como
dijera alguna vez, un crítico que me parece que está forzadamente
en el anonimato.
Perdóneme amigo Juan Alberto Núñez, no pude llegar hasta su
funeral y darle la despedida que usted se merecía.
El velorio fue un día anterior, pero usted no se preocupe Negro, me
atrevo a aseverar que siempre estará presente en esos cuentos
inigualables que usted escribía y serán difíciles de olvidar.
¿Sabe Negro? ¡Hasta la Victoria Siempre!! Negro Núñez
del alma.
foto est de www.mirartegaleria.com
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