A
Celia Gominski
Llena
tu ausencia
el
plato de sopa
las
veredas de mi pueblo
el
hambre
que
me hiciste.
Una
amalgama de odio
muerde
la
rabia en mi cintura
la
mudez
de
mi entrepierna
cuando
doy de comer
al
animal en vos.
¿No
pudiste llegar a nado a la plaza
que
hicimos en tu vientre?
¿Acaso
no pudiste volver
a
buscarte en mi infancia?
¿No
pudiste detenerte en tu abandono
para
alcanzarme?
¿No
pudiste?
¿O
quizás no fue suficiente
alimentarte
de mí?
No
sé cuánto hay que apretar
para
no tener miedo
entonces
te
devuelvo el ocaso
que
nos regalaste.
La
transparencia
A
Olga Orozco
Ya
no estoy.
Detrás
de los puentes de tus ojos
una
boca me nombra
un
dragón
ilumina
esa fosa frugal
donde
la luz.
Ya
no estoy. No me encuentro.
Escondida
en el ropero inocuo
de
la infancia
ni
en la jaula triste
que
albergó mi tumulto
jaulapájaro
que
hostigó mi inocencia hasta perderme.
Ya
no estoy. No me encuentro. ¿Adónde fui?
¿Hasta
el aliento mustio de la arena mojada
en
el recinto de tu boca?
¿O
fui hasta tus encías azules que me nombran
aparecida
y mortal?
Ya
no estoy. No me encuentro. ¿Adónde fui? ¿Dónde soy?
¿Soy
en las garras de tu camino de ajadas huellas
en
tu vientreviento?
Soy
el reflejoausencia de tu espejo vacío
fosa
cueva habitada y desaparecida
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