Pintura Juan Flores
SOY SU PERRO
Hasta hace un rato estaba echado a sus piés, mientras él leía el libro que luego dejó sobre el piso, a un costado de su sillón, boca abajo, como hacía siempre para marcar la hoja.
Me hizo una caricia en el lomo y supe que me iba a llevar al parque. Me incorporé expectante con las orejas erectas, apenas inclindas hacia adelante y, tras un movimiento en círculos, le agradecí lamiendo su mano.
Él escribe cuentos a los que entramos a jugar. A veces, me sigue a distancia hasta la cucha y cuando ve que, entre bostezos, voy quedando dormido, vuelve a la parte interior de la casa y escribe. Yo lo sé, porque lo leí de reojo en uno de sus sueños.
EL ANGEL
El angel me tocaba, yo reía. Un día dijo: A tus puertas encontré un gigante. Después escuché una sirena. Inmediatamente llegó la ambulancia.
CERCA DEL CIELO
Lo más cerca del cielo que estuve fue esa vez en la plaza. Subí a la hamaca y le pedí a mamá: me empujás?
SOY SU PERRO
Hasta hace un rato estaba echado a sus piés, mientras él leía el libro que luego dejó sobre el piso, a un costado de su sillón, boca abajo, como hacía siempre para marcar la hoja.
Me hizo una caricia en el lomo y supe que me iba a llevar al parque. Me incorporé expectante con las orejas erectas, apenas inclindas hacia adelante y, tras un movimiento en círculos, le agradecí lamiendo su mano.
Él escribe cuentos a los que entramos a jugar. A veces, me sigue a distancia hasta la cucha y cuando ve que, entre bostezos, voy quedando dormido, vuelve a la parte interior de la casa y escribe. Yo lo sé, porque lo leí de reojo en uno de sus sueños.
EL ANGEL
El angel me tocaba, yo reía. Un día dijo: A tus puertas encontré un gigante. Después escuché una sirena. Inmediatamente llegó la ambulancia.
CERCA DEL CIELO
Lo más cerca del cielo que estuve fue esa vez en la plaza. Subí a la hamaca y le pedí a mamá: me empujás?
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